En este tema del Junior de Barranquilla, en el que todos los estamentos opinamos, debemos ponernos de acuerdo en lo fundamental que es, ni más, ni menos, que la eficiencia. En temas humanos y deportivos los buenos resultados son los que le dan valor a lo que hacemos.

Los señores Char, dueños del club, conforman la mejor nómina, el técnico Cruz Real habla a diario sobre lo que quiere de su equipo y los jugadores explican el esfuerzo en la cancha para desarrollar la idea.

Fuera de ese círculo estamos los hinchas y los periodistas que, desde las gradas opinamos sobre lo que vemos y analizamos si, lo que dicen el técnico y jugadores, concuerda con lo que se ve en cada partido.

Hay versiones que concuerdan y versiones encontradas y en lo único que estamos de acuerdo es que, con la nómina conformada por Junior, su ubicación no puede estar a media tabla como ha estado últimamente.

Es que el Junior de Cruz Real, jugando bien, regular o mal, no suma la cantidad de puntos que debiera sumar y, esa suma, hoy día es fundamental no solo para clasificar en el grupo de los 8, sino para definir cualquier empate en puntos que se produzca en los cuadrangulares semifinales.

Por tanto, las preguntas surgen: ¿Cómo la mejor nómina de la Liga no ha logrado ser primera en la tabla desde las fechas 2 y 3 de la Liga I 2021?

¿Por qué, si somos el mejor equipo, Millonarios, que es el líder, nos ha sacado ya 7 puntos de ventaja y en la Liga anterior Nacional nos sacó 5?

Después del partido con Tolima, les decía a personas con las que intercambio ideas en privado, que había algo que no casaba. Me refiero a que hay algo que no logra redondear la idea para que Junior sea, no solo el equipo grande en nómina, sino ganador y rendidor como debe ser su resultado final.

Hay cosas en las que nos ponemos de acuerdo fácilmente: Junior no puede jugar 90 minutos, más las adiciones, como el bombero que llega corriendo a apagar la incendiada ‘casa de Marcela’.

Hay dos cosas que se sienten para que ese andar a mil por hora no dé el resultado esperado. Uno, el clima sea a la orilla del mar o en la montaña. Y dos, que el fútbol es un juego que se juega, además de la táctica y la habilidad, pensando. Se piensa primero, se actúa después.

Junior no genera fútbol, genera pelotazos y carreras. Es la dinámica de meter pelotazos y a correr. Transiciones rápidas, que le llaman ahora, en las que no hemos podido cerrar el círculo de la eficiencia.

Correr en el fútbol no es malo, es necesario, pero con criterio, manejo de tiempos, espacios y sin ir al bulto.

Hay que desenredar esa madeja de fútbol enmarañado y atropellado que es Junior. No cabe de otra…