La iniciativa de la Iglesia para reducir la violencia verbal en el debate político debe ampliarse a más sectores para consensuar las salidas que el país reclama.
Dificultades y desafíos por superar abundan, como en casi todos los departamentos, pero ello no significa y no hace que se desconozca lo que se ha avanzado.
Sin reivindicar colores políticos ni diferencias ideológicas, los colombianos marcharon en paz en defensa de la vida para demostrar que es posible entendernos.
Urge salvaguardar la libertad ante la ofensiva autoritaria del régimen de anular instituciones, desmantelar controles democráticos y convocar una constituyente.