Corría el año 1937 y había surgido en el ámbito boxístico un nombre sonoro llamado Joe Louis. Había iniciado su paso por los rines de Estados Unidos noqueando a cuánto adversario se le enfrentaba.
Los grandes boxeadores de antaño como Max Baer, habían sucumbido bajo los botines de Louis.
Vino entonces lo que se consideraba la última pelea de Louis antes de subir al ring a enfrentar al campeón mundial, ese último adversario era Max Schmelling ex campeón mundial, que ya parecía que había pasado por los últimos peldaños del boxeo.
La pelea fue la gran sorpresa mundial de la época, Louis comenzó golpeando a Schmelling, pero este se cubría con alguna habilidad; en la medida que la pelea avanzaba se traducía en una habilidad magnífica para Schmelling, cuando la pelea llegó a los diez asaltos, comenzó a verse la habilidad de Schmelling, quien en los round 11 y 12 impuso su experiencia; comenzó por tumbar a Louis y este luchaba por imponerse.
En el round 12 se notó la superioridad de Schmelling quien castigaba fuertemente con su derecha al joven Louis; lo derribo dos veces en ese round y parecía preparar un nocaut para el joven boxeador americano.
En efecto, la superioridad de Schmelling se hacía cada vez más evidente; en ese round 12 Schmelling tomaba la dirección de la pelea, y se veía a las claras que el joven Joe Louis no había encontrado anteriormente un adversario de la calidad de Schmelling.
Schmelling le hizo señas al referee para que detuviera la pelea por el fuerte castigo al que había sometido a Louis, pero el referee no se dio por aludido.
En el round 12 Louis fue derribado dos veces más y por último una fuerte derecha de Schmelling lo derribo por toda la cuenta.
En este resultado hubo un dramatismo tremendo al ver al joven Joe Louis llorando como un niño, por un desenlace inesperado contra todas las apuestas por el nocaut recibido por Louis.
Louis lloraba como un niño acompañado de su madre y de su esposa a las que había invitado a ver el combate.
Vino entonces a los dos años de esta batalla cuando Joe Louis se había recuperado completamente y en la pelea de revancha, apenas sonó el gong del primer round desembarcó un combate tremendo contra Schmelling, no dejándolo ni respirar y por poco no lo saca del ring a punta de golpes, ganó Louis por nocaut en ese primer round y se quitó la sombra de un Schmelling que lo había golpeado tremendamente en el primer combate.