La humanidad ha tenido un nuevo campanazo de alerta sobre la urgente necesidad de adelantar acciones significativas para luchar contra el cambio climático, con la presentación, por parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) del primer volumen del Sexto Reporte de Evaluación sobre las bases físicas del cambio climático. En él, se reitera la responsabilidad directa de las actividades humanas asociadas con la producción, la extracción, el asentamiento y el consumo en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que han generado un aumento de la temperatura promedio del planeta en 1,1oC desde el periodo 1850-1900, con los consecuentes cambios en los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos alrededor del mundo.

Sin embargo, respecto al futuro, el Sexto Reporte establece que si logramos globalmente reducir en al menos el 50% las emisiones de GEI para 2030 y alcanzar la carbono-neutralidad a 2050, es posible detener la senda de aumento acelerado de la temperatura promedio y cumplir con el objetivo del Acuerdo de París, de no permitir que la temperatura global exceda los 2oC. Conscientes de la urgente necesidad de tomar acciones inmediatas y valientes, al tiempo que se es congruente con el llamado que hace la ciencia, Colombia estableció su compromiso de reducción de emisiones a 2030 en 51%.
De otro lado, hablar de carbono-neutralidad significa alcanzar el cero neto en las emisiones de GEI, es decir, reducir las emisiones de GEI tanto como sea posible y luego compensar las emisiones restantes a través de la biodiversidad y de opciones tecnológicas. Este enorme reto significa para el país, según las proyecciones realizadas en el marco de nuestra Estrategia Climática de Largo Plazo (E2050), una reducción a 2050 de aproximadamente el 90% de las emisiones de GEI respecto de las reportadas en 2015 y aumentar las fuentes para absorciones y almacenamiento de carbono en una cantidad proporcional al 10% restante que se continuaría emitiendo, alcanzando así la carbono-neutralidad nacional.

Múltiples acciones y señales nacionales dan confianza para avanzar de manera esperanzada en la construcción de este camino de carbono-neutralidad. La formulación de los planes de implementación para la Contribución Nacionalmente Determinada y la E2050, así como también, la puesta en marcha del Programa Nacional de Carbono-Neutralidad, el cual, ha logrado comprometer a 100 de las más importantes empresas colombianas y fortalecer sus capacidades para definir acciones que las lleven a cumplir sus metas y las del país.

Además, el anuncio de la compra del 51,4% de las acciones de ISA por parte de Ecopetrol, es muestra de la transición energética donde la participación de la electricidad y otros combustibles como el hidrógeno ganan protagonismo y mueven el aparato productivo nacional. Así, este camino de transformación que emprende Colombia para convertirse en una sociedad y una economía resiliente al clima, que no pierda competitividad, es imparable y como hemos visto, no responde a un capricho, sino a una necesidad de compromiso global por crear una nueva sociedad.

Debemos soñarnos como un país distinto, un mundo distinto, y proyectarnos para eso en todos los aspectos de la vida. Y las acciones que nos hemos propuesto a corto y mediano plazo están en congruencia con ese sueño.

*Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible