Si bien las elecciones presidenciales en Colombia están programadas para mayo de 2026, la etapa preelectoral ya se inició, aspecto sobre el cual vemos de mucha importancia ilustrar a los partidos políticos y candidatos sobre el mecanismo y condiciones internas de una campaña electoral.

Por esto publicaremos, en EL HERALDO de Barranquilla, cinco columnas, durante el mes de octubre de 2024, sobre ¿Cómo organizar una campaña presidencial?, una especie de marketing político para Dummies.

1. Antes de tomar una decisión de tanto impacto personal y colectivo, es necesario que el candidato(a) se haga un autoexamen frente al espejo de su conciencia, y con la mayor sinceridad se pregunte: ¿Por qué la gente votaría por mí? ¿Tengo las cualidades y condiciones para lograr persuadir al elector, mejor que los otros contendores?

Previo a este auto examen se recomienda que el candidato(a) se haya reunido con su círculo más cercano (familiares y amigos), además de un grupo de asesores expertos en diferentes temas de la vida política, economía, antropología, sociología, educación, salud, infraestructura, urbanismo, ecología, estadística, turismo, seguridad, comercio exterior y otras disciplinas que tengan relación con el desarrollo de los pueblos, con el fin de adquirir la información sobre las condiciones sociales, económicas, culturales y políticas del país que piensa gobernar.

De aquí van surgiendo los temas a tratar y la construcción del mensaje que el pueblo quiere oír, pues el verdadero líder es aquel que da muestras de una buena formación para plantear soluciones a los problemas de su comunidad.

Este líder debe ser visionario e inspirar confianza. Y si no tiene estas dos cualidades es mejor que retire su proyecto político.

2. Realizar un estudio jurídico con expertos en la materia para descartar inhabilidades, incompatibilidades o cualquier impedimento legal que pueda poner en riesgo su candidatura frente a una futura demanda electoral.

3. Se recomienda en esta primera etapa, lanzar un rumor sobre su candidatura, evaluar el impacto en la comunidad y establecer si su nombre tiene una buena aceptación, o, por el contrario, hubo un fuerte rechazo, que permita determinar que el proyecto sería un fracaso.

Hay candidatos tan malos (mala imagen, mala fama, malos antecedentes, malas referencias, mentirosos y otros adjetivos no publicables), que ni con el mejor marketing político del mundo se puede garantizar su triunfo electoral.

Espere la segunda parte el próximo 8 de octubre de 2024.