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'Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala', dijo una vez el filósofo Albert Camus, abogando por una circulación de la información en la que no exista censura, un derecho que cada 3 de mayo es recordado a nivel mundial.

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Esta fecha, proclamada en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas coincide con el aniversario de la Declaración de Windhoek. En África, representantes de medios de comunicación se congregaron en un seminario auspiciado por la Unesco en la capital de Namibia. Fue allí donde surgió un documento que sentaría las bases para la defensa de la libertad de prensa en todo el planeta.

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Los principios fundamentales de la libertad de prensa, consagrados en la Declaración de Windhoek, trascienden fronteras y culturas. Son la esencia misma de una prensa libre: la búsqueda incansable de la verdad, la independencia editorial, el acceso equitativo a la información y la diversidad de opiniones.

Estos elementos son la columna vertebral de una prensa robusta y vital para el funcionamiento de una sociedad democrática.