Seis meses después de su cierre, el Zoológico de Barranquilla reabre hoy sus puertas, tras recibir de la Alcaldía autorización para reiniciar actividades de manera segura, previo cumplimiento de protocolos requeridos para el funcionamiento de estos centros de conservación de la naturaleza.

Sin poder generar ingresos por la ausencia de visitantes durante el prolongado confinamiento, la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla empezó a afrontar serios problemas financieros que llevaron al límite su misión de garantizar alimentación, atención veterinaria especializada y cuidados permanentes a sus más de 800 animales, cuyo gasto mensual supera los $450 millones en condiciones normales.

Ajustándose el cinturón al máximo hasta reducirlo a $200 millones, los 55 empleados de este espacio natural, entre ellos biólogos, cuidadores, veterinarios y el personal administrativo, siguieron cumpliendo con gran mística sus labores diarias, revalidando el enorme compromiso de sacar adelante a sus 130 especies de fauna y 166 de flora.

Luego del 17 de marzo, cuando se cumplió el cierre, entidades públicas, empresas privadas y ciudadanos realizaron aportes para el sostenimiento de los animales del Zoológico a través de donaciones en dinero y en especie. Diferentes iniciativas como #YoAyudoAZoobaq o la campaña BAQatón lograron recaudar fondos para asegurar el bienestar de las especies a lo largo de estos meses.

La Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Barranquilla también destinaron recursos y gestionaron donaciones para mantener a flote al Zoológico, que tampoco se quedó quieto y empezó a buscar alternativas de financiación como el trámite de un crédito y la creación de un nuevo portafolio de experiencias virtuales, según confirmó la directora ejecutiva de la fundación encargada de su administración, Farah Ajami Peralta, al Concejo de la ciudad, donde se analizó la crisis en una sesión virtual a mediados de julio.

A pesar del esfuerzo y la solidaridad de distintos sectores, el Zoológico, a punto de tirar la toalla, lanzó en agosto una alerta en la que advirtió sobre su insostenible situación a partir de septiembre. A través de un convenio interadministrativo, que entró en vigor este mes, el Distrito se comprometió a entregar una donación mensual de 10 toneladas de alimentos a cargo de Barranquilla Verde, lo que da un ligero respiro.

Bajo este escenario crítico el Zoológico vuelve a operar. Lo hace con un nuevo horario de atención y medidas que van desde la limpieza y desinfección de sus instalaciones hasta la programación de visitas a través de la página web con 24 horas de anticipación, pasando por el uso obligatorio de tapabocas para mayores de 2 años, entre otras.

Que el Zoológico, patrimonio de Barranquilla y el Atlántico desde hace casi 70 años, abra sus puertas es una buena noticia. A partir de este momento, todos tenemos una enorme responsabilidad para acompañar el sostenimiento de la fauna nativa y exótica del parque, en el que muchos animales rescatados del tráfico ilegal de especies silvestres y otros que se encuentran en peligro de extinción encontraron su hogar.

Sin embargo, para cumplir la exigencia del distanciamiento físico el aforo del Zoológico se redujo de manera considerable: en cada turno, mañana y tarde, solo podrán ingresar 400 personas, cuando la capacidad es de 2 mil. Se volverán a percibir ingresos por concepto de entradas, pero no serán suficientes para financiar el mantenimiento del parque.

Mientras se normaliza el flujo de recursos, el Zoológico deberá seguir contando con la solidaridad de los sectores público y privado. 18 aliados, la mayor parte de ellos firmas barranquilleras con distinta actividad económica, ya aportan para el sostenimiento de 30 de sus 130 especies, y se requieren más benefactores que podrán sumarse al Programa Adopte o hacer donaciones a la iniciativa #SalvemosAZoobaq.

El Zoológico de Barranquilla, el único que funciona en el Caribe colombiano, es un referente de la biodiversidad de la Región que requiere renovados respaldos para seguir en su rol de educación y preservación ambiental. Volvamos al Zoológico, este lugar tan entrañable para quienes hemos crecido a su lado, nos necesita.