Una magnífica noticia para la ciudad es la próxima inauguración del teatro de la Universidad del Atlántico, que será el más moderno del país en materia de luces y sonido, y en cuya construcción se invirtieron $14.327 millones. El escenario, con capacidad para 1.009 espectadores, fue diseñado por el arquitecto barranquillero Carlos Bell Lemus y espera convertirse en el nuevo templo de la cultura y los grandes espectáculos, tras el cierre del Amira De la Rosa hace un año y cinco meses.

La obra es ejecutada por la Unión Temporal Diseño y Proyecto Ciudadela, con recursos que provienen de la estampilla Pro Ciudadela Universitaria, y en opinión del arquitecto Bell, “evoca y refleja lo colorido y dinámico del Caribe colombiano, que es lo que marca la diferencia con otros escenarios”. Tendrá un lago y hará uso de la luz natural para ser amigable con el medio ambiente.

El teatro es el espacio principal del Centro Cultural de la UA, integrado también por dos teatrinos para 200 personas, un ‘lobby’ galería para 600 asistentes y un auditorio para mil espectadores. Con esto, se espera que la actividad cultural en la universidad se convierta en una de las más importantes y dinámicas del país.

“Los más grandes eventos del saber y la cultura se realizarán aquí, queremos que este escenario impacte la vida cultural y científica del Caribe”, dijo el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, en un recorrido de inspección realizado el jueves, en el que se hizo una prueba de sonido. Su tecnología, según el mandatario atlanticense, es más avanzada que la del teatro mayor Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá.

La inauguración del teatro aún no tiene fecha, pero la obra está casi terminada. Se espera que llene el vacío que ha dejado el Amira De la Rosa, cuya recuperación todavía no comienza.

El Banco de la República, la Alcaldía Distrital y la Sociedad de Mejoras Públicas acordaron que el Amira sea donado al Emisor, que lo gestionará e invertirá $60.000 millones para convertirlo, según el gerente de la institución, Juan José Echavarría, en uno de los más “hermosos y modernos del país”.

El Amira fue cerrado el 27 de julio de 2016 por fallas en su estructura que ponían en riesgo a los espectadores. Desde ese momento, el debate se centró en si debía derribarse para construir un edificio más moderno o, por el contrario, el camino a seguir era la recuperación de la actual estructura, sobre lo que aún no hay claridad.

Por este motivo, la apertura de un teatro como el de Uniatlántico solo puede verse como un regalo para la cultura en momentos de crisis.