El sistema judicial de Estados Unidos se enfrenta a un hecho histórico: el primer juicio penal a un expresidente. Donal Trump ha utilizado todas las acusaciones contra él, buscando ganar favoritismos y generando una serie de teorías de persecución judicial. Estas teorías revelan el nivel de maestría con el que Trump sabe manejar a su audiencia y ponerla a su favor, más allá de todas las pruebas y testigos que se presenten en su contra. Esta semana, la prensa estadounidense se ha enfocado considerablemente en el seguimiento al juicio que enfrenta el expresidente por la presunta falsificación de documentos relacionados con el pago que hizo Trump, a través de su abogado Michael Cohen, a Stormy Daniels para que ella guardara silencio sobre un encuentro sexual que sostuvo con el expresidente. Este juicio, liderado por el juez Juan Merchán, colomboestadounidense, ha estado marcado por 10 infracciones de Trump a las órdenes de mordaza, decretadas por el juez con el propósito de proteger a los miembros del jurado y a los testigos de la presión mediática que conlleva este caso.

Trump ha utilizado su red social Truth Social para deslegitimar la credibilidad de este juicio, manipular las acusaciones en su contra y, en última instancia, burlarse del sistema judicial del país que busca volver a dirigir. Este juicio, en medio de un año electoral convulso en Estados Unidos, invita a reflexionar sobre la fortaleza de la democracia estadounidense y la seriedad del Partido Republicano que ha apoyado la elección de Trump más allá de los múltiples y ampliamente conocidos cuestionamientos. Además, se observa un claro debilitamiento moral del Partido Republicano, que perdió la oportunidad de distanciarse de Trump y apoyar otras candidaturas como la de Nikki Haley. La democracia estadounidense se encuentra en vilo, pues Trump representa todo lo contrario a los valores de libertad, institucionalidad y justicia que han caracterizado a las administraciones de su país.

En medio de todo esto, la prensa enfrenta un gran dilema entre dar protagonismo a los juicios de Donald Trump o reconocer que, cuanto más espacio le den, mayor visibilidad tendrá en estas elecciones. En las elecciones de 2016, la prensa desempeñó un papel que, en última instancia, favoreció a Trump. Le otorgaron tal nivel de visibilidad creyendo que un candidato de ese estilo no tendría ninguna posibilidad de ser presidente, cuando al final lo convirtieron en el centro de la conversación política de su país. La línea entre mostrar la realidad de un año noticioso y convertir a Trump en el desayuno, almuerzo y comida de los estadounidenses es muy delgada, y todo parece indicar que este juicio, como los que todavía no han iniciado, no impacta negativamente el favoritismo hacia Trump.

@tatidangond