Después de una lucha legal liderada por feministas colombianas la Corte Constitucional de Colombia tomó una decisión histórica que reconoce la libertad y los derechos reproductivos de las mujeres en el país. La despenalización del aborto en el régimen jurídico colombiano era un paso más que necesario de cara a los derechos de las mujeres, que a lo largo de la historia han tenido que someter sus vidas a procedimientos clandestinos, maternidades forzadas y a un sistema absolutamente opresivo contra el cuerpo de las mujeres. Esta decisión que jamás habría sido adoptada por el Congreso de la República, cooptado de visiones conservadoras y concepciones religiosas, fue tomada por la Corte Constitucional en el ejercicio pleno de sus funciones como protectora de la Constitución y de los derechos fundamentales que esta reconoce.
Mientras muchos aplaudíamos este triunfo legal a favor de los derechos de la mujer, que se traduce en una decisión reivindicatoria para todas las mujeres que perdieron su vida por una prohibición absurda, otros se oponían desde la comodidad de sus sofás sin siquiera entender la relevancia de esta medida. Desde mujeres famosas mostrando y luciendo su maternidad para renegar de la despenalización del aborto –cuando sus vidas y sus decisiones nunca serán comparables a las de muchas que no tienen otra alternativa– hasta un presidente de la República que desconociendo la tridivisión del poder decide sacarle el mayor provecho político a esta decisión.
Estas personas se han tomado la libertad de interpretar la despenalización del aborto según sus creencias, comodidades e intereses políticos, sin importarles que anualmente mueran 70 mujeres en Colombia por los abortos clandestinos, o del futuro de las 400 que se encuentran judicializadas por haber interrumpido su embarazo. Estas personas necesitan aterrizar en la tierra en la que viven y darse cuenta de que su realidad está lejos de ser las de muchas mujeres en Colombia. A quienes en plena campaña electoral han decidido utilizar los cuerpos y libertades de las mujeres como estrategia de campaña e incluso anunciar que convocarán un referendo –medida que a todas luces no puede ser procedente para desconocer derechos fundamentales–, los invito a que reflexionen sobre su verdadera vocación en la vida porque, tal vez, lo suyo no sea cumplir la Constitución. Piensen en que para el país es mejor que aborten esa misión política ahora que en 24 semanas.
Ahora, lo cierto es que más allá de lo que piensen y critiquen los llamados ‘provida’, la decisión de la Corte Constitucional no tiene vuelta atrás y tanto este gobierno como el que venga tendrá que ejecutar esta medida sin dilaciones, trabas o excusas que no tienen cabida en un Estado social de derecho.
@tatidangond