La tenacidad y la fortaleza de las mujeres en Colombia -y la desigualdad que han sufrido históricamente- pocas veces han sido tan visibles como durante esta crisis causada por la pandemia. Aunque ha afectado a cada familia colombiana, desde un enfoque económico, son las mujeres las que se han visto más vulneradas. Por ejemplo, en el empleo: el más reciente reporte del DANE muestra que el año pasado el desempleo a nivel nacional entre hombres llegó al 12,7%, mientras que el de mujeres se elevó al 20,4%.
Razones coyunturales e históricas que han hecho de las mujeres una prioridad en la focalización de los programas de transferencias monetarias de Prosperidad Social como Familias en Acción. Las mujeres están en el centro de sus objetivos por superar y prevenir la pobreza.
En 2020, en medio de la pandemia el programa acompañó a 2.633.598 familias. De estas, 2.316.067 (el 87,94%) tenían a una mujer como titular. De su liderazgo ha dependido el fundamental uso de los $3,38 billones que se les transfirió: han contribuido a mejorar las condiciones de salud y educación de una buena parte de los 4,4 millones de niños, niñas y adolescentes beneficiados.
Los recientes estudios realizados por el Gobierno nacional al programa muestran numerosos impactos positivos. Entre ellos, destacamos una disminución de hasta 4 p.p. la probabilidad de embarazo adolescente -mujeres entre 14 y 19 años- en algunas zonas del país. El hecho de que casi el 90% de las titulares de los hogares participantes de Familias en Acción sean mujeres no se dio por azar. El programa ha sido diseñado y ejecutado para, como dicta la ley que lo regula, privilegiar “el pago de los subsidios a las mujeres del hogar, como una medida de discriminación positiva y de empoderamiento del rol de la mujer al interior de la familia”.
La última evaluación de impacto del programa muestra que la convicción del Gobierno de impulsar el empoderamiento ha surtido efecto. Hemos identificado que mujeres beneficiarias del programa tienen mayores probabilidades de ocupación, de participación en organizaciones comunitarias y que están mejor informadas y empoderadas para enfrentar problemáticas como la violencia intrafamiliar, entre otros impactos.
El Gobierno ha sostenido y fortalecido durante la pandemia su convicción de priorizar a las mujeres en este tipo de programas. En marzo de 2020, el presidente Iván Duque anunció la creación de un Ingreso Solidario dirigido a aquellas familias vulnerables que no están cubiertas por otros programas. Al cierre del año, 3.084.987 hogares habían recibido transferencias. De estos, el 64.13% tenía a una mujer como titular. La inversión llegó a $2,85 billones. Esto es adicional a las 851.000 mujeres (85,1%) que recibieron la devolución del IVA, las 967.494 mujeres (56,79%) beneficiarias de Colombia Mayor y las 232.568 mujeres (54,67% de los participantes) de Jóvenes en Acción. La inversión fue de $2,55 billones en estos tres programas.
Ya en marzo de 2021, en el marco del Día Internacional de la Mujer, vemos con claridad que este será un año de nuevos retos para enfrentar la histórica deuda. Como mujer y colombiana, sé que es a partir de la reivindicación de los derechos y del trabajo de las mujeres colombianas, que este país superará sus adversidades y llegará a buen puerto.
*Directora general de Prosperidad Social