Hace un tiempo, un grupo de representantes de entidades importantes en la vida de la ciudad, entre los cuales se encontraba el director de esta casa periodística, coincidíamos en que el liderazgo en Barranquilla se estaba agotando. Los mismos con las mismas convergíamos en cuanta iniciativa y proyecto de ciudad se gestaba. En lo público las mismas caras de siempre.

Nos dimos a la tarea, a través de nuestras instituciones, de fomentar el interés por la cosa pública promoviendo espacios de deliberación, formando más ciudadanía sin dejar de lado la crítica constructiva que retara y algunas veces hasta incomodara a los gobiernos de turno y sus políticas.

Hoy hay buenas señales de que las cosas están cambiando. Prueba de ello es la conformación del nuevo equipo de gobierno del alcalde Jaime Pumarejo.

Caras jóvenes en cargos estratégicos del gobierno de la ciudad son un claro indicio de que está emergiendo un nuevo liderazgo en Barranquilla.

La juventud de los líderes de secretarías tan importantes como la de planeación, espacio público, desarrollo económico, la secretaría general, así como la recién creada gerencia del centro y cultura ciudadana, refresca como los vientos alisios tan propios de esta época.

Citando a Adolfo Meisel, rector de la Universidad del Norte, en su texto: “El liderazgo y el futuro del Caribe colombiano”: Es necesario que la Región construya un liderazgo político transformativo, entendido como uno que tenga una visión compartida sobre el futuro de Colombia y de la región Caribe y que se caracterice por tener una formación integral. Es decir, una que tenga conocimientos, valores cívicos y sentido de la responsabilidad.

La juventud del gabinete no riñe con su preparación y experiencia. Se han venido formando y entrenando para jugar de titulares en el partido 2020-2023. Es un capital humano preparado para enriquecer la tecnocracia del gobierno local y ¿por qué no? También del nacional. Les llegó su hora.

El reto de este nuevo liderazgo, citando el texto de Meisel, es que logren elevar la calidad de la administración pública local y entren a participar en los grandes debates nacionales y se conviertan en líderes que superen el marasmo clientelista que absorbe por completo a muchos de nuestros políticos.

Sin descuidar las tareas de siempre como la mejora en la educación, la salud y la seguridad ciudadana; el reto de este gobierno es pensar global, con visión integradora del territorio, ampliando la perspectiva y el abordaje de los temas que hoy son prioridad en el mundo moderno.

La movilidad, el espacio público, el medio ambiente, la cultura y el patrimonio -consolidado las amenidades que ofrece la ciudad-, el empleo, la equidad de género y la participación de los ciudadanos en lo público, deben ser su prioridad para avanzar en el desarrollo sostenible.

Este nuevo gobierno tiene todas las posibilidades de jugar un buen partido, las nuevas adquisiciones con su ímpetu y nuevas ideas, combinadas con la veteranía de los jugadores de siempre pueden oxigenar la forma de gerenciar lo público. Buen viento y buena mar.

@rochimendozam