Estaba cantado. Maduro no iba a entregar el poder, y menos mediante un proceso electoral. Las tenía todas consigo, imposible perder. “El que escruta, elige” reza un viejo y sabio adagio popular. Así que ahí está, presidiendo y dejando claro que a los autócratas, para bajarlos de la silla, imposible derrotarlos. ¡Hay que derrocarlos! y en eso están María Corina, sus seguidores, y varios países. Ojalá.

Aquí también está cantado, el espejo está ahí, y debería sonar las alarmas. Otra cosa es que la dirigencia nacional se niegue a enterarse. Es que  desde la lente petrista, el 2026 no será año electoral, pues no se someterán a un incierto proceso plagado de enemigos. Tienen claro que al gobierno le será imposible triunfar en las urnas, ni siquiera utilizando las maromas que llevaron a Maduro a la presidencia. Petro, al igual que el vecino, no cuenta con las mayorías ciudadanas, las encuestas lo ubican por debajo del 30 %, cosa que en Venezuela se demostró que no es impedimento. Pero hay otras diferencias determinantes: Petro no es dueño del Consejo Nacional Electoral; pese a que ha desarmado a las Fuerzas Armadas y colocado gente suya, no está claro que en momentos de crisis lo vayan a respaldar; sus milicias y primeras líneas no tienen la fuerza para enfrentar ni siquiera a las reservas;  el poder judicial, salvo algunos devaneos, no le funciona a rajatabla; y la comunidad internacional, o sea los países no comunistas, no sólo no le brindaría apoyo, sino que actuaría en su contra. Ya que está demostrado que los autócratas son reacios a mansamente entregar sus privilegios, la ruta para mantener su poder no será propiamente una elección. Algo se inventará, para eso tiene a Santos craneando pilatunas tipo fast track, asambleas populares regionales que actúen como constituyentes, y vainas así que, conociendo a Santos, pudiera ser que lo asesora para que no lo derroten, o prepara el ambiente para que lo derroquen. De Santos se puede esperar cualquier traición.

Empero, toca precaver. Seguimos creyendo en pájaros preñados, egos en pugna para figurar como presidenciables, varios buscan puesto en un partidor que no se dará sino de pronto ¡en 25 años! Petro les hace el juego, pero está en lo que está, quiere perpetuarse en el poder como sea, pero sin elecciones.

Coletilla: Estupenda la entrevista de EL HERALDO al presidente del senado Efraín Cepeda. Se evidenció su amplia experiencia parlamentaria, y su condición de destacada figura caribe. Bien por él.

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