¿Asustados? No. Aquí estamos advertidos, que no es lo mismo. Los asustados son los mamertos nacionales, comenzando por su jefe Petro, ante la clara evidencia mundial de un retorno a la sensatez, que ya en América comenzó con Bukele y Milei, y se seguirá extendiendo aquí con la desintegración de todos los absurdos vericuetos que se inventan los desacreditados petristas Gustavo Bolívar, Leyva, Montealegre, y demás cómplices, y con el general rechazo al descarado y desvergonzado atraco de sus compinches en el desgobierno, por lo que se avisora una palera electoral, lo saben y por ello se rebuscan fórmulas, pues cada vez ven más complicado su propósito de mantenerse en el poder evadiendo las elecciones y apelando a las vías de hecho.
El susto, además, es porque los zurdos en Europa, al igual que los nuestros, creyeron que su hegemonía era imbatible, no se apercibieron del movimiento de rescate de los valores, y recibieron una dura lección: ¡El Parlamento Europeo giró a la derecha! En Francia, por ejemplo, con el impulso de Marine Le Pen y su promisoria ficha Jordan Bordella le dieron tal limpia a Macron, que tuvo que anticipar elecciones; en Alemania también barrieron a los socialistas, y de paso a los ecologistas, que a los mamertos les ha dado por mostrarse como defensores del medio ambiente, no les funcionó, quedaron de terceros; igual sucedió en Austria, y ni hablar de Italia, que Giorgia Meloni disparó a su pupilo; en fin, una reacción general para revertir mundialmente el cáncer izquierdista que los estaba carcomiendo, y que los ha obligado a buscar alianzas como las que Petro critica en Colombia. Lástima que a Santiago Abascal no le resultó la barrida que esperaba, pero a España ya llegó la tendencia, y aquí llegará.
El caso es que Petro acusó el golpe y, como siempre, salió a revirar con sus protestas desvariantes. Claro que Petro no va a ceder, la amenaza persiste, pero ya no asusta. Ahora, fortalecida la tendencia decente, los asustados son ellos.
Coletilla juniorista: Mala cosa que para el primer semestre se haya perdido la brújula, insistiendo, después de triunfar, en traer nuevos jugadores que cuestan más de lo que valen. Inexplicablemente a los aguerridos Sambueza e Hinestroza, quienes mucho aportaron a la estrella y resultaron puntales para el Bucaramanga, los cambiaron por los carísimos paquetes Chará y Victor Cantillo. Ahora sacarán al más regular y comprometido atlanticense Walmer Pacheco. Ojalá para el segundo torneo y para la Libertadores se recupere el extraviado norte.
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