En 2023, la economía colombiana creció solo un 0.6%, y el primer trimestre de 2024 mostró una ligera mejora del 0.7%. Este crecimiento ha sido impulsado principalmente por la administración pública, lo cual es preocupante, ya que esta tendencia no es sostenible a mediano plazo. Aunque la pobreza se redujo en 3.6 puntos porcentuales el año pasado debido al aumento de los ingresos laborales, esta mejora podría no perdurar sin una recuperación sólida de la inversión.
Las recientes cifras de desempleo muestran que hemos regresado a tasas de desocupación de dos dígitos. La participación laboral disminuyó en 0.6 puntos porcentuales, 460 mil personas han dejado la fuerza laboral, aliviando así la presión sobre el mercado de trabajo. Mujeres y jóvenes han salido del mercado laboral para dedicarse a labores del hogar, debido a la falta de oportunidades. También se han perdido más de 120 mil empleos femeninos en áreas rurales y centros poblados, exacerbando las desigualdades ya existentes.
Estas cifras destacan la urgente necesidad de un plan de reactivación económica en el que las regiones desempeñen un papel crucial. Dada el limitado margen fiscal del gobierno central y la política monetaria cautelosa del Banco de la República, los gobiernos locales deben asumir una función más activa. Pueden aprovechar recursos provenientes de obras por impuesto y regalías para impulsar la economía mediante proyectos de infraestructura y vivienda. Es esencial una coordinación efectiva entre los gobiernos locales y el central para ejecutar estos proyectos de manera eficiente.
Curiosamente, en un país cuyo desarrollo ha estado históricamente concentrado en el centro, las regiones podrían ser la clave para superar la coyuntura económica actual. Esto puede beneficiar al Caribe colombiano, permitiendo el avance de proyectos en transporte, educación y vivienda que mejoren las condiciones de vida y fomenten el desarrollo regional. Además, el fortalecimiento de la infraestructura regional puede atraer inversiones privadas y promover un crecimiento más equilibrado en todo el país.
En conclusión, la economía colombiana enfrenta un panorama desafiante con crecimiento débil y problemas significativos en el mercado laboral. Para revertir esta situación, es crucial fomentar una colaboración efectiva entre los distintos niveles de gobierno y utilizar los recursos disponibles de manera eficiente. Solo mediante un enfoque integrado y regionalizado se podrá establecer una base sólida para un crecimiento sostenible y una mejora real en las condiciones de vida de todos los colombianos.
* Directora de Fundesarrollo