Las heterogeneidades geográficas en el mercado de trabajo de Colombia han sido ampliamente estudiadas en la literatura relacionada con el tema. Sin embargo, muy pocos trabajos se han realizado para comprender el diferenciado comportamiento de la región Caribe. Junto a colegas del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER) del Banco de la República y del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES) realizamos un análisis comparativo entre capitales del Caribe, las ciudades principales y el resto de capitales intermedias del país sobre los principales indicadores del mercado laboral, las vacantes disponibles según sector económico, los conocimientos, habilidades y destrezas de la fuerza laboral, y la eficiencia en el emparejamiento por regiones entre la oferta y la demanda de trabajo.

Los principales hallazgos muestran que en el Caribe el trabajo informal representa una “segunda mejor” alternativa al desempleo, sobre todo para las personas de menores niveles de escolaridad. Para combatir a la reducción de este fenómeno, más que la cantidad, la calidad y pertinencia de la educación juegan un papel fundamental. En los resultados de la cualificación de la futura fuerza laboral en los exámenes Saber Pro y Saber TyT existen importantes diferencias con el resto de regiones en la capacidad de análisis, pensamiento sistemático y en lectura crítica, lo que podría denotar los retos que enfrenta la región en la cualificación de su capital humano. Lo anterior, se refuerza en la dificultad encontrada para “emparejar” vacantes con desempleados, es decir, aunque existan vacantes formales disponibles, es más difícil conseguir en esta zona del país a los trabajadores con las habilidades requeridas para estos puestos de trabajo.

Del análisis realizado en este estudio, se plantea la necesidad de construir una agenda por parte de los gobiernos locales que respondan a las dificultades específicas de las diferentes ciudades del caribe colombiano y que busquen fortalecer cuatro frentes: 1) los requerimientos de competencias y habilidades que necesita el mercado laboral y la oferta de programas del sector educativo, 2) diseñar e implementar intervenciones concretas que promuevan la inserción al mercado laboral de las mujeres y la generación de ingresos propios, 3) cerrar las brechas en la calidad de la educación media entre instituciones públicas y privadas, y 4) incorporar en el desarrollo de estas iniciativas los eminentes riesgos de la automatización de algunas actividades. Esto, no solo contribuiría a mejorar las condiciones de vida de la población sino también a lograr una región más competitiva.

*Directora de Fundesarollo