En mi pasada columna titulada Cumplí con advertir, pero otros decidirán, el solo título ya anunciaba el contenido en el que me refería a los desarrollos de Argos en Barranquilla y zona de Puerto Colombia. La primera dedicada a esa situación la titulé “Urbanismo: Quien genera el problema debe resolverlo” tiene fecha 4 de julio del 2023, y en esa me refería al aporte urbano de Cementos Caribe y Urvisa con urbanizaciones como “Villa Carolina”, “Miramar” y “La Castellana”, y comentaba que deberíamos exigirle a Argos solucionar el problema de movilidad, ya que aquellas empresas con sede en Barranquilla sí construyeron el paso a desnivel de la carrera 53 con Circunvalación, pero Argos no lo hizo con la carrera 43 para “Alameda del Río”, y ahora que están desarrollando “Ciudad Mallorquín”, tampoco construirán el de la carrera 65 con Circunvalación.
Posterior a esa columna me reuní un par de veces con María Clara Aristizabal y Daniel Sarabia, importantes funcionarios de Argos, y con Francisco Gnecco, gerente entonces de la Concesión Ruta Caribe, gestionando autorización para una glorieta sobre la prolongación de la Vía 40, Circunvalación de la Prosperidad, para un acceso a “Ciudad Mallorquín” y que Argos la construyera. Aprecié un buen ambiente para esto, lo cual comenté a los funcionarios de Argos, y allí no percibí lo mismo.
A raíz de esa situación comencé a averiguar los proyectos de Argos en toda esa gran área y desde marzo pasado dediqué 10 columnas más con datos generados por Argos en cuanto a cantidad de apartamentos de “Ciudad Mallorquín”, “Pajonal” y “Ciudad Lago”, para un total de 74.000 y unos 225.000 habitantes. Las áreas informadas fueron medidas con Google Earth, y las densidades producto de una elemental operación matemática. Todo lo anterior es fácilmente comprobable y nadie me lo ha refutado. La conclusión del caos que esto generará en la movilidad, supongo que no tiene discusión, así como el hecho de que Argos esté arrasando con ese bosque para construir esos desarrollos. Por eso en mi anterior columna le di fin a este tema.
Pero resulta que algunas muy reconocidas personas de la ciudad han comenzado a propagar una falacia, insinuando que todo lo que yo he denunciado en mis columnas, con el apoyo de la asociación cívica “Por Amor a Barranquilla”, ha sido para favorecer a una reconocida empresa barranquillera en su justa reclamación ante Argos, esa situación me ha obligado a escribir esta de hoy explicando lo realmente sucedido, ya que nuestra única razón ha sido la de defender los intereses de nuestra ciudad, que priman sobre los de una empresa que escudándose en una supuesta labor social, ocasionará un daño irreparable a Barranquilla, aprovechando para recordar el muy conocido dicho que reza: “El ladrón juzga por su condición”.
@nicorenowitzky