La presunción de inocencia es el derecho fundamental de todo investigado en un proceso penal a ser tratado como si fuera inocente hasta que sea condenado por una sentencia y que la misma se encuentre completamente en firme. Es decir, cuando se hayan surtido todos los recursos disponibles en contra de la primera decisión. Junto a este, por otro lado, tenemos el derecho la libertad de opinión y expresión, que son pilares de una sociedad democrática, garantizando que cualquier persona pueda expresarse sin temor a represalias.

Sin embargo, en la actualidad, estamos viendo una alarmante tendencia de tratar de silenciar a periodistas, especialmente a jóvenes, a través de amenazas, denuncias y querellas e incluso estamos llegando al limite de casi obligarlos a revelar sus fuentes periodísticas lo cual es inaceptable, ya que ellos, como los abogados, gozamos de la reserva del secreto profesional.

El derecho penal no es un arma política y no debería ser utilizado de esta manera. El uso indebido de denuncias y querellas como mecanismos de venganza o persecución política desvirtúan la esencia de la justicia. Lamentablemente, son numerosos los casos en los que el derecho penal se usa de manera vengativa, con el objetivo de intimidar y coartar la libertad de expresión.

La libertad de prensa es esencial para la transparencia y la rendición de cuentas en una sociedad democrática. Los periodistas desempeñan un papel que sin duda conlleva mucha responsabilidad, al informar al público sobre temas de interés general, investigando y exponiendo presuntas irregularidades. Lo cual, por supuesto debe estar respaldado en medios probatorios. Sin una prensa libre, tendríamos un debilitamiento de la democracia y la justicia, por eso, todos los ciudadanos debemos defenderla, nos guste o no nos guste. Y por supuesto, también tenemos el derecho de reprochar el periodismo que no es serio, a través de los medios adecuados como son por ejemplo, las solicitudes de retractación.

Nuestro sistema judicial ya está más que congestionado, y el uso del derecho penal con fines de venganza sólo agrava esta situación. Al desviar la atención y los recursos hacia casos que no merecen tal atención, se les quita importancia a aquellos que realmente necesitan ser resueltos con celeridad y justicia. Esto no solo retrasa la justicia para las víctimas reales, sino que también erosiona la confianza en el sistema judicial, al percibirse como una herramienta manipulable al servicio de intereses particulares.

Es importante y fundamental, que respetemos la presunción de inocencia y la libertad de opinión, y que condenemos el uso indebido del derecho penal. Además, debemos proteger y promover la libertad de prensa, sin ella, la verdad se ve amenazada.