Hay tardes y noches en que el fútbol te junta todo, para bien o para mal. En los dos últimos partidos, Junior ha anotado dos autogoles con los cuales ha perdido. Frente a Fortaleza comenzando el juego. Con Tolima terminando el primer tiempo.
Dos derrotas consecutivas siempre encenderán las alarmas. La idea del equipo alterno, para visitar a Fortaleza, no funcionó. El descanso de 10 días del primer equipo, para recibir al Tolima, tampoco.
Cuando en un equipo un jugador de los once en juego no funciona, el equipo lo resuelve con los otros diez.
Cuando son más de uno, cuatro o cinco, como pasó con Junior ante Tolima, lo menos que pueda pasar es que pierdas. Como pasó.
Los creativos, los productores de juego y los rematadores a puerta no estuvieron. No aparecieron, no pesaron, no construyeron, ni dispararon la arco.
Pasó entonces que todo el juego ofensivo del Tolima se recargó en el circuito defensivo del Junior porque el equipo barranquillero, a más de no funcionar en ataque, tampoco fue una oposición para la salida pijao. Los remates tolimenses hicieron figura a Mele.
En ese desorden en que cayó el Junior tratando de aguantar al Tolima se produjo el infortunio del autogol generado por Bacca, que pegó en el cuerpo de Didier.
La noche del domingo Bacca, Deiber, Chará, Enamorado y Cantillo no estuvieron, se juntaron poco y sin el orden y la idea acostumbrada. Cinco de once, o sea medio equipo. Caso diferente al Deportes Tolima que vimos. El que haya ganado con un autogol no le resta mérito.
Se vienen dos partidos como visitantes con Santa Fe y Deportivo Pereira. Partidos tan deficientes, como los dos últimos, no se pueden volver a jugar. El campeón no puede jugar así…