La directora Josephine Decker tiene un estilo poco convencional para contar historias y quien haya visto Madeline’s Madeline (2018) lo puede confirmar. Esta característica es lo más interesante de su última película, centrada en la vida de la escritora Shirley Jackson, contada no como una biografía tradicional sino como un relato de la escritora misma.
Interpretada por la excelente Elizabeth Moss, la historia cubre un momento particular en la vida de Jackson, como fue el que precedió la creación de Hangsaman, novela publicada en 1951 e inspirada en la desaparición de una joven universitaria en 1946. La cinta comienza con el encuentro de Shirley con Rose (Odessa Young), la esposa de un joven escritor Fred Nemser (Logan Leman), quien viene a trabajar como asistente de Stanley Hyman (Michael Stuhlbarg), el esposo de Shirley,
En el tren, camino a su nuevo destino, vemos a Rose leyendo The Lottery, el famoso cuento de Shirley publicado en el New Yorker que la dio a conocer. El encuentro tiene lugar en Vermont, donde Stanley dicta clases de Literatura en la universidad, y se comporta como una verdadera celebridad de la época, admirado por sus estudiantes, especialmente las de sexo femenino, con quienes se toma libertades que en esta época serían totalmente censuradas.
La ambientación es la casa donde reside la pareja, que podría ser el sueño de cualquier escritor, y la época es el final de los años cuarenta cuando Shirley pasa por un momento de crisis, no sólo por el bloqueo creativo, sino también porque sufre de agorafobia.
Shirley y Rose se ven forzadas a convivir en la misma casa, no por elección propia sino por decisión de sus cónyuges, quienes hacen el arreglo por conveniencia mutua. La situación al comienzo resulta forzada e incómoda, en especial para la joven Rose, quien se convierte en blanco de las frustraciones de Shirley, al tiempo que se ve encargada de las labores domésticas.
Si por un lado descubrimos la neurosis de Shirley y sus reacciones impredecibles producto de la convivencia con Stanley, y su crítica a las convenciones sociales, por otro vemos el proceso de adaptación de Rose, quien aprende a navegar por una corriente contraria a su espíritu libre, tratando de mantener el rol ideal de esposa y mujer. A medida que el tiempo avanza, la convivencia entre las dos mujeres evoluciona hacia caminos inesperados. Shirley empieza a salir de casa acompañada de Rose, y se produce una compenetración única que la conducirá a crear su nuevo personaje inspirado en ésta. Por ello ya no la miramos bajo el mismo prisma, sino que la confundimos con Paula, la joven universitaria desaparecida.
Como espectadores experimentamos el fino cruce entre ficción y realidad, y es así como la directora logra introducirnos en la mente de Shirley, haciéndonos partícipes del proceso creativo que dio lugar a su nuevo libro.
El guión está escrito por Sarah Gubbins basado en el libro de Susan Scarf Merrell. El filme ganó el premio del jurado en Sundance y se estrena en los teatros a partir del 26 de agosto.