La mayoría de la gente tiene una noción equivocada de lo que significa dar en una relación. Tendemos a darles a los demás lo mismo que nos gusta recibir. Si nos agrada que nos dejen solos cuando estamos deprimidos, tendemos a dejar solo a nuestro cónyuge cuando está deprimido. Si somos románticos y sentimentales respecto de ciertas fechas, tendemos a darle a nuestro cónyuge regalos especiales en esas fechas.

¿Y si su esposa prefiere compartir sus sentimientos con usted a permanecer sola cuando está mal anímicamente? ¿Es realmente una atención con ella dejarla sola? ¿Y si a su esposo no le gusta que le celebre su cumpleaños de una manera especial? ¿Es realmente una atención con él organizarle una fiesta sorpresa? No lo creo. Permítame explicar mejor este punto.

Cuando se trata de sentirnos amados por nuestra pareja, todos tenemos preferencias. Algunos se sienten amados cuando su cónyuge pasa tiempo con ellos, otros, después de conversar largamente. Tener detalles amables con el cónyuge, por ejemplo, servirle un buen café, prepararle su plato favorito, llenar el tanque de gasolina de su carro, genera en él (ella) sentimientos de amor y conexión.

Para muchos, una caricia o un abrazo significa amor, más que muchas otras cosas. Hacer el amor es amor. Si usted está casado con una persona que piensa así, por mucho que trate de expresarle a su manera cuánto la ama. Por ejemplo, arreglando la lavadora, pagando las cuentas, aceptando conversar de corazón a corazón o cocinando como un gourmet sus palabras y sus acciones caerán en saco roto. Si su cónyuge es de esas personas que perciben el amor mediante el contacto físico y, en particular, las relaciones sexuales usted no lo estará amando realmente a menos que se lo demuestre de esa manera.

Porque amarlo como a usted le gusta que lo amen es no saber dar.

Saber dar significa, entonces, darle al cónyuge lo que él o ella quiere y necesita, y no lo que nosotros queremos o necesitamos.

Además, y esto es de gran importancia, no tenemos que comprender a fondo por qué nuestro cónyuge siente lo que siente, ni tenemos que estar de acuerdo. Solo tenemos que hacerlo. Esto es saber dar.

Las parejas que han tenido un matrimonio amoroso durante largo tiempo saben lo que significa dar y los beneficios que reporta.

Especialmente cuando implica hacer un esfuerzo, dar las hace sentir bien consigo mismas. Obtienen placer proporcionando placer. Hay una razón adicional: cuando dan también reciben. Y mucho.

El amor es contagioso. Dan con generosidad y habitualmente hace que nuestro cónyuge corresponda de la misma manera, pues querrá complacernos y hacernos felices. Así es como funciona la mayoría de las veces.

Independientemente de que lo haga por usted, por su cónyuge, por su matrimonio o por todo lo anterior, cuando empiece a cosechar los frutos de devolverle la pasión a su matrimonio, usted pensará: ¿Por qué esperé tanto tiempo? visítame en www.retirosdepareja.com