Los problemas de comunicación en la pareja pueden generar dificultades en el entendimiento y la comprensión. En algunos casos resultan ser motivos que llevan al ser humano a una situación de infidelidad. Estos problemas a veces se dejan pasar y no se habla de ellos, se les subestima o directamente se les niega, esto genera resentimientos o rencores que al principio de la relación pueden continuar sin mayores inconvenientes, pero el efecto acumulativo de estas diferencias pueden distanciar a los miembros de la pareja. Si esto perdura y no hay una comunicación fluida, en la que se pueda hablar sobre lo que incomoda, comienza a haber un desencanto generalizado que se va reflejando en la pérdida de interés por el otro.
Durante la terapia trabajamos lo siguiente:
1 Tomarse tiempo suficiente para examinar todas las opciones para enfrentar el problema, que no sean la separación o el divorcio (excepto en los casos en que existe violencia física o el exceso de involucramiento de los hijos, la familia extensa, amigos o gente del trabajo). En esta parte el terapeuta ayuda a la pareja a explorar otras líneas de solución diferentes a la separación, se analiza si hay alguna esperanza de recuperación, o ayudarles a darse cuenta de que no la hay. En este proceso es importante explorar a fondo los sentimientos de ambos miembros de la pareja, no tomar partido por ninguno de los dos y estar orientando todo el tiempo a la pareja, cuando se meten en interminables discusiones, acusaciones y defensas mutuas.
2 Posponer decisiones importantes hasta que hayan entendido, a satisfacción de los dos, cómo llegaron donde están. Aquí el terapeuta creará un ambiente de contención suficientemente seguro para afrontar los temas subyacentes a la aventura, como lo describí en la columna pasada.
3 Obtener la historia de ambas familias. Cuando una persona descubre una infidelidad debe atravesar primero por una etapa de recuperación personal y si se decide continuar con la relación vendrá otra etapa, paralela a la anterior, de recuperación de la pareja.
4 Recuperar la confianza es el desafío más importante en una persona que fue engañada, el pensamiento típico es: “Si ya me engañó una vez seguramente lo hará otra”.
Si de alguna manera ambos pueden reconocer el problema sin negarlo o sin eludir las responsabilidades, entonces el camino para recuperar la relación comienza a transitarse.
Algunas parejas después de una infidelidad salen fortalecidas, hay un viejo refrán que haciéndole unas modificaciones podríamos adaptar para la ocasión y diría: “Lo que no te separa te fortalece”.
Para que se de esta recuperación y este fortalecimiento, la relación deben cambiar porque si no cambian las condiciones que dieron origen a la situación de infidelidad esta probablemente se repetirá.
El vínculo sufrió una herida y para recuperarse debe recibir atención, cuidado y también tiempo para que pueda cicatrizar. La marca quedará, el recuerdo estará siempre, pero la vida de la pareja puede seguir incluso consolidándose aún más después de la infidelidad. Visítame en www.miterapiadepareja.com.