Cerca de 2 mil venezolanos llegan a Colombia cada día para quedarse – 1 de cada 4 son de origen colombiano – y hoy ya son más de un millón 500 mil ciudadanos procedentes del vecino país, los que eligieron al nuestro como su nuevo hogar, el 55% ya está regularizado. Una diáspora sin precedentes en el hemisferio occidental que no acabará en el corto plazo mientras un sátrapa siga gobernando en Venezuela y condenando a millones de personas a la vulneración permanente de sus derechos humanos.
Sacarlos no es una opción, cerrarles la frontera tampoco. Sería ingenuo pensar que, si el gobierno expide un decreto en este sentido, los venezolanos van a desistir de venir. “Esta no es una migración de turismo, es una migración de necesidad que busca un plato de comida y que no la para el requerimiento de una visa”, me explicaba el director de Migración Colombia, Christian Krüger, quien lleva seis años al frente de esta entidad ofreciendo opciones de acogida, pero también expulsando a quienes delinquen.
Cerrar la frontera generaría más inseguridad y dejaría aún más expuestos a los venezolanos a todo tipo de abusos de las mafias de trata de personas que en las fronteras exigen pagos de dinero en efectivo o de favores sexuales para autorizar el paso a través de las trochas con el visto bueno de la Guardia Nacional Bolivariana y grupos criminales colombianos.
Al cruzar, esos venezolanos – que no existen para las autoridades colombianas porque no ingresaron por los pasos fronterizos legales – corren el riesgo de ser víctimas de delincuentes que los instrumentalizan o de inescrupulosos empleadores que los explotan.
Hay que ofrecerles medidas de flexibilización que regularicen su situación migratoria y permitan su integración económica y social. En agosto de 2017 se creó – con vigencia de 2 años – el Permiso Especial de Permanencia, PEP, que benefició inicialmente a 68 mil venezolanos, que hoy lo están renovando, y que desde entonces han podido trabajar, estudiar y acceder al sistema de seguridad social. Luego de varias rondas de expedición del PEP, 470 mil venezolanos que ingresaron de manera legal al país, lo obtuvieron.
Este mes se lanzará otra medida de protección, el permiso de trabajo. 200 mil venezolanos podrían acceder a él si cuentan con la oferta laboral de un empleador que deberá presentarla al Ministerio de Trabajo. Esta entidad la remitirá a Migración Colombia que verificará si esa persona tiene antecedentes judiciales, orden de expulsión o deportación vigentes. Este permiso iría por un período de entre 2 meses y 2 años, prorrogables 2 años más.
Los venezolanos llegaron para quedarse y por tiempo indefinido, como los colombianos que emigraron a ese país en los 70 y 80 para trabajar. Hay que considerar que esta migración imparable puede ser una oportunidad para nuestra economía y saber, que quienes delincan, como cualquiera de nosotros, terminarán presos y en su caso, hasta expulsados. Cuidado con la xenofobia que hace carrera en la región. Sólo eso nos faltaría.