¿De las palabras prestadas por el español a otros idiomas cuál es la más destacada? Tomás E. Barros P., B/quilla
Estén emparentados o no, cualquier idioma cuenta con voces provenientes de otro. Esto se llama ‘préstamo lingüístico’, que se escribe y se pronuncia tal como en la lengua original, o se escribe igual, pero con una fonética adaptada a la de la lengua receptora. Con esa ayuda, esta última se enriquece, pues con ella cubre una necesidad expresiva que no tenía cómo resolver. Por ejemplo, de otros idiomas, el nuestro ha recibido voces como selfie, show, ballet, croissant, alhaja… Asimismo, el español, lengua rica, robusta, extendida y con historia, que ha tenido mucho peso en la cultura universal, ha prestado innúmeros términos a otros idiomas, como ‘amigo, mosquito, barrio, siesta, patio, guitarra, Inquisición, taco, burrito, macho, piñata…’. Por grandes razones, el más notorio préstamo del español a otros idiomas se ha dado en torno al nombre propio ‘don Quijote’, que produjo el nombre común ‘quijote’, alusión a alguien iluso. Así, el italiano tiene donchiciottesco ‘lo concerniente a don Quijote’; el alemán, Donquichoterie ‘quijotería’; el francés, donquichottisme ‘quijotismo’; el inglés, quixotic ‘quijotesco’. Creo que ‘Macondo’ va por la misma senda de ‘don Quijote’, pues ya en suficientes idiomas es conocido el adjetivo ‘macondiano’; por ejemplo, en inglés y alemán es macondian; en francés, macondien; en húngaro, macondiánus; en noruego macondisk, siempre con el sentido de algo poco creíble por ilógico. Esto revela que el nombre del pueblo recreado por García Márquez va camino de ser tan (o casi tan) universal como el de don Quijote.
Oí esta pregunta: “¿Compraste la cuelga?”. Hacía muchos años no oía ‘cuelga’ como sinónimo de ‘regalo’. ¿Origen? Enrique A. Venegas Háydar, B/quilla
La ‘cuelga’ es una tradición originaria de León, España. Consiste en un cordón largo que se anuda por los extremos para formar un collar al que se le cuelga flores, confites, chocolates y otros tipos de dulce. Durante la fiesta de cumpleaños de una persona –nunca otro día ni por cualquier otro motivo– la sorprenden guindándole la ‘cuelga’ en el cuello, de la que luego los invitados desprenden algo de lo que en ella está colgado. Ese collar, que simboliza un abrazo, expresa el deseo de venturas para el cumplimentado. En la Costa, la ‘cuelga’ se transformó en el regalo que un adulto o un niño le llevan a otro niño en su fiesta de cumpleaños. La costumbre leonesa, en España, y el sustantivo ‘cuelga’, en Colombia, han caído en desuso.