Me llamaron “cachazudo” porque me serví un pedazo grande de pudín. ¿De dónde viene ‘cachazudo’? Hernando L. Ríos Ortiz, B/quilla

Viene de ‘cachaza’. Una primera acepción de ‘cachazudo’ es la de persona paciente, calmada y flemática, y una segunda es la de alguien descarado o astuto, que pretende sacar ventaja en toda situación y sin asomo de vergüenza. En Cien años de soledad, García Márquez emplea la palabra ‘cachaza’ en sus dos sentidos, que, desde luego, son equivalentes a los dos de ‘cachazudo’. En el primero, cuando escribe: “La abandonó a su suerte, confiando que tarde o temprano ocurriera un milagro, y que en este mundo donde había de todo hubiera también un hombre con suficiente cachaza para cargar con ella”, es decir, ‘hubiera también un hombre con suficiente paciencia y calma para cargar con ella’. En el segundo, cuando dice: “… elaboró una violenta diatriba contra los hombres que se pasaban el tiempo rascándose el ombligo y luego tenían la cachaza de pedir hígados de alondra en la mesa”. Esta última perorata es ironía de Fernanda del Carpio cuando despotrica de su marido que, cachazudo, a la hora de comer le pide viandas exquisitas. ‘Conchudo´ es sinónimo de ‘cachazudo’.

A un amigo cachaco, bromeando, le escribí por WhatsApp “Quiubo, ala” y me dijo que lo correcto es “¡Quiubo, hala!”. ¿Qué dice usted? Samuel  Bermúdez Barros, B/quilla

Tiene razón su amigo. La mayoría de quienes emplean u oyen esta interjección la asocian con un ala de ave. El Cachacario. Diccionario de cachaquismos (2016), de Alberto Borda Carranza, sin signos de admiración, registra ‘ala’ como saludo afectuoso entre bogotanos. Con el mismo sentido, el momposino Alario di Filippo admite ‘¡ala!’ como variante de ‘¡hala!’, que es la verdadera grafía de la palabra casi desde su aparición en el Medioevo. Sebastián de Covarrubias (1539-1613), lexicógrafo del siglo 16 citado por Joan Corominas, dice que ‘¡hala!’ se emplea en lugar de ‘¡hola!’, y en sus Apuntaciones críticas del lenguaje bogotano (1872) Rufino José Cuervo dice esto mismo. María Moliner escribe que es una interjección que se utiliza para animar, de allí que los hinchas del Real Madrid griten: “¡Hala, Madrid!”. En cuanto a Corominas, pontífice de la etimología de las lenguas ibéricas, dice que la expresión ya se halla en el Cantar de mio Cid, (ca. 1200), y anota que ‘¡hala!’ es una “interjección que se emplea para llamar a alguno, uso que se conserva en Bogotá; aunque más que para llamar, se emplea en Bogotá como expresión familiar y sin ceremonia para ‘hola, buenos día, qué tal’ ”.

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