A falta de lo que pudiera hacer el Deportes Tolima al cierre de esta edición, el fútbol colombiano aspiraba a tener en los octavos de final de la Copa Sudamericana los mismos equipos que la Liga de Venezuela. Es decir, dos (2). Hay que anotar que el campeonato del vecino país tenía anoche un tercer equipo (Deportivo Lara) buscando un pase muy difícil ante el Corinthians con el que había perdido 0-2 en la ida. En octavos ya cuenta con el Caracas y el Zulia; La Equidad es el representante colombiano.
La pregunta que surge es si el fútbol colombiano a nivel de clubs es inferior al de los venezolanos. Cualquier aficionado contestaría rápida y alegremente con un “no” en mayúsculas. Pero la realidad nos refleja ese dato que hace daño a la vista. El mismo mal que se siente como una patada en la espinilla cuando se observa que entre los 16 equipos clasificados para los octavos de final de la Copa Libertadores (la Champions de Sudamérica) no hay ningún colombiano.
La referencia y comparación con Venezuela es preferible a hacerlo con el fútbol argentino o brasileño. En la Sudamericana, por ejemplo, Argentina y Brasil pusieron en juego a seis equipos cada uno. Mientras que el resto de países de la zona tuvo un cupo de cuatro equipos. Hasta anoche, Argentina tenía clasificado a Colón e Independiente, y optaba a un tercero, si Argentinos Juniors eliminaba a Tolima, es decir el 50%. Y Brasil ya tenía a Atlético Mineiro, Botafogo y Fluminense, con opción a un cuarto, si Corinthians confirmaba su pase ante el Lara; es decir el 66%.
El caso es que el fútbol colombiano se siente el tercero del continente, y a nivel de clubs está demostrado que no lo demuestra. Y lo que resulta peor es ver a esos mismos equipos desgastados tras los largos desplazamientos a los que son sometidos. El esfuerzo no tiene premio alguno, porque hay rivales que tampoco sirven para llenar los estadios. Hoy en día da la impresión que a los clubs colombianos les importa y les conviene más meterse en el cuadrangular final de su Liga que alcanzar los octavos de la Sudamericana.
Cierto que un título internacional da prestigio y consigna alguna ayuda económica en tu cuenta, pero solo si alcanzas la final. Pero nadie te quita la tristeza al ver un mapa de 16 finalistas y observar que tienes los mismos equipos clasificados que países sin tanto bombo, como Venezuela o Bolivia, que anoche tenía tantos como Colombia: 1, el “famoso” Royal Pari.