La Política Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (GRD), adoptada en Colombia mediante la Ley 1523 de 2012, ha sido reconocida como pionera en América Latina, especialmente por su visión integral, pasando de una concepción enfocada a las acciones de respuesta, a un desarrollo en función de la implementación de los procesos de la GRD, es decir al conocimiento y reducción del riesgo y el manejo de los desastres.

Al final del año 2009, la Asamblea General de Naciones Unidas en el marco de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, decidió designar el 13 de octubre como fecha para conmemorar el Día Internacional para la Reducción de los Desastres, con el propósito de crear en gobiernos y personas una mayor conciencia sobre medidas encaminadas a minimizar o reducir los riesgos de desastres, así como su prevención y mitigación, incluyendo actividades de preparación.

En esa misma vía, a nivel mundial el Marco de Sendai se adoptó en la tercera Conferencia Mundial de Naciones Unidas celebrada en Sendai (Japón) el 18 de marzo de 2015, centrando sus objetivos en la reducción, la resiliencia y el fortalecimiento de la gobernanza del riesgo de desastres, entre otros. A partir de ello, se establece la imperiosa necesidad de comprender cada vez más el riesgo en todas sus dimensiones relativas a la exposición, la vulnerabilidad y las características de las amenazas.

Aunque el avance y los esfuerzos son cada vez más visibles, hay un factor que va en contravía de cualquier proceso y es justamente la vulnerabilidad, entendida en muchos ámbitos como el “aspecto humano” de los desastres. La Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) señala que la pobreza, la inequidad y la discriminación hacen que las personas sean mucho más vulnerables; en ese sentido, por ejemplo, los trabajadores informales en su gran mayoría carecen de lo que en Colombia llamamos seguridad social. Más allá de que ha habido también importantes avances en términos de inclusión, son aún notorias las dificultades de evacuación para las personas con algún tipo de discapacidad.

Ahora, en muchos casos la vulnerabilidad está muy en función de las decisiones que tomamos de forma individual, como sector, o como gobierno mismo. Se debe recordar que cada Estado es el principal responsable de su propio desarrollo sostenible, adoptando medidas eficaces para reducir el riesgo de desastres. A nivel sectorial, cuando se establecen medios de vida que dependen de una sola industria se puede tener una mayor vulnerabilidad a los impactos. Es claro además la expansión de ciudades hacia sectores que pueden presentar mayores niveles de amenaza y vulnerabilidad, habiendo vacíos y fallas notorias en códigos de construcción y regulaciones de seguridad, lo que sin duda es un riesgo latente en diversos puntos del país.

Disminuir las vulnerabilidades es una de las maneras más efectivas para reducir el riesgo de desastres como lo manifiesta la UNDRR; sin embargo, para ello se requiere de liderazgo y visión para tomar decisiones acertadas. Trabajar por una nación resiliente es tarea de todos los colombianos.

@ChristianEuska

Meteorólogo VIDEOCLIMET