El viejo basquetbol masculino de Atlántico se cansó de ser campeón nacional y el baloncesto femenino de nuestro departamento supo imponerse en varios torneos nacionales.
Sobrada razón tienen nuestros amigos de antaño y hogaño cuando amistosamente nos han reclamado que nunca han podido leernos a través del tiempo, una crónica sobre basquetbol.
En efecto, así como ellos reclaman, no hemos escrito una sola página sobre el viejo basquetbol masculino de Atlántico que se cansó de ser campeón nacional, y que nada se diga del baloncesto femenino de nuestro departamento, que supo imponerse en varios torneos nacionales a los más fuertes departamentos basquetbolistas de Colombia.
Se les quiso premiar a nuestras damitas las victorias nacionales con una gira por varios países de Suramérica, y el resultado fue una tragedia inesperada cuando el jeep que transportaba a cinco jugadoras y al técnico se fue a un abismo en el Ecuador, pereciendo dos jugadoras y quedando gravemente heridas las restantes.
Uno de nuestros recuerdos sobre el basquetbol que nunca jugamos fue a raíz de la visita beisbolera que se nos hizo por el Macon de Georgia Estados Unidos. Jugadores que eran estrellas en fútbol y en basquetbol colombiano también se enfrentaron al Macon de Georgia, luego de una amistosa discusión porque los gringos decían que ellos también jugaban basquetbol. El resultado de todo esto fue un partido en el teatro Colombia entre los peloteros del Macon y las flor y nata del baloncesto barranquillero.
Lo que no esperaba ni jugadores de Barranquilla, ni el público asistente al teatro Colombia, los americanos del Macon desplegaron una calidad sorprendente y se impusieron a los nuestros; lamentamos no disponer en estos momentos del score de aquel partido.
Sí se destacaron en aquel encuentro Romelio Martínez, que así como jugaba de alero izquierdo en el fútbol, lo hacía también en el baloncesto y supo ser un dolor de cabeza para los defensores del Macon. Roberto Meléndez, también fue jugador de Atlántico en aquella cita basquetera.
Del medio ambiente de la pelota naranja de aquel entonces, varios periodistas deportivos serios y atinados en sus opiniones, como Horacio Gonzales Rubio —nuestro compañero de colegio en el San José de los años 30— nos comentaba lo desconcertante que eran para él las discusiones y los incidentes de los jugadores tanto masculinos como femeninos de aquellos tiempos.
Horacio lamentaba todo aquello, porque era algo que no se veía en ningún otro deporte en Barranquilla. Hoy el basquetbol barranquillero no es ni sombra de lo que fuera en aquellos años 30, cuando jugaban basquetbol desde chicas de la alta sociedad barranquillera hasta mujeres del bajo pueblo. Sin embargo, aún subsiste en el ánimo de muchos barranquilleros que pronto podamos tener, tanto en las huestes masculinas como en los predios femeninos, un basquetbol cargado de merecimientos como lo fue en el ayer.