Las emociones están relacionadas con la actividad de las células nerviosas, neuronas, en ciertas áreas del cerebro, sistema límbico y otras, que dirigen nuestra atención, motivan nuestro comportamiento y determinan el significado de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor (Wikipedia). Una vez conocidos en el cerebro, en su mayor parte, dónde están las estructuras anatómicas que representan las emociones, la activación de estas áreas, aunque conocida en forma incompleta, tiene una relación importante con la genética y el medio ambiente. Es decir, además de la anatomía y la fisiología hay que tener en cuenta la genética, la que en forma resumida, corresponde a los genes, elementos fijos e inamovibles, dependientes del DNA, ácidos nucleídos, que se pueden observar en grupos familiares, que comúnmente, algunos llaman respuesta o comportamiento de familia. Finalmente, el otro determinante de la respuesta emocional, es el medio ambiente, una variable esencial y en algunos casos peligrosa, ya que con ella los otros factores pueden ser cambiados, disminuidos, o aumentados, me refiero a aquellas personas que aún provenientes de buenas familias, en el medio ambiente se vuelven delincuentes.
Todo esto, para tratar de buscar una explicación al comportamiento de mi madre, la reina del afecto, que cada vez que la saludo, llora de la felicidad. Esta señora quien ya está próxima al milenio, me transmitió, y me sigue transmitiendo, por todas las vías el afecto por las personas, el respeto a la vida, y a los derechos de los demás. Y no solamente eso, sino también como decía mi padre, el deber y la obligación de ayudar a los menos favorecidos, en un mundo tan desigual.
La explicación de muchos de los comportamientos irracionales, criminales, y en general delincuenciales está en gran parte relacionada por la alteración o modificación de algunos de los componentes del afecto. Así, si consideramos el afecto como una necesidad primaria, existe la necesidad de tener un país con mayor afectividad, lo que solamente podremos lograr cuando los componentes mencionados, anatómicos, fisiológicos, genéticos y de medio ambiente funcionen adecuadamente, o sea, cuando todos nos tengamos bilateralmente una correspondencia afectiva, que nos llega desde el vientre de la madre hasta la ubicación en un país de los más violentos del planeta, destacando que la violencia es lo contrario del afecto, y el inicio al irrespeto de la vida, Para luchar contra la violencia, no solo tenemos que usar las armas, sabiendo que la violencia con respuesta violenta, aumenta los niveles de odio y de venganza.
En los tiempos de la Covid-19, deberíamos todos repensar, como mejorar las condiciones de un medio ambiente hostil y criminal, lleno de insatisfacciones y desigualdades, permitir que la madre cuide a sus hijos el mayor tiempo posible, y conjuntamente con el padre y los educadores, ofrecer mejores condiciones de vida, y, crear un ambiente lleno de afecto, que no deje que los medios de comunicación inciten más a la violencia, que la justicia actúe correctamente, teniendo como objetivo de trabajo, el transformar por todos los medios a todas aquellas personas, que han olvidado los afectos por el ser humano, su hermano y compañero desde la creación.
Gracias mamá, por darme tanto afecto, y enseñarme con papá, a dárselo a los demás.