La cineasta italiana Alice Rohrwacher, una de las voces más singulares del cine europeo contemporáneo, ha sido elegida para presidir el jurado de la Caméra d’or en el próximo Festival de Cannes. Este prestigioso premio se otorga a la mejor ópera prima presentada en cualquiera de las secciones del certamen.

Rohrwacher inició su relación con el festival en 2011, cuando su primer largometraje Corpo Celeste fue seleccionado en la Quincena de Realizadores. Desde entonces, ha sido una presencia recurrente, consolidándose como una autora con voz propia. Su cine, un encuentro entre el neorrealismo de Vittorio De Sica y la fantasía de Federico Fellini, se mueve entre la ficción y el documental, lo cotidiano y lo onírico.

“Las primeras veces siempre son importantes y nos acompañan por el resto de nuestras vidas. Como entrar en una habitación desconocida, acercarse por primera vez al ser amado para un beso, o pisar una tierra extranjera.”

Con estas palabras, la directora reflexiona sobre la importancia de los comienzos y la fuerza simbólica que encierra la “cámara de oro”.

La carrera de Rohrwacher ha sido un viaje lleno de matices. En Corpo Celeste (2011), retrata el despertar espiritual y emocional de una adolescente en el sur de Italia. Su consagración llegó con Le meraviglie (2014), galardonada con el Gran Premio del Jurado en Cannes. La película, inspirada en su propia infancia, narra la vida de una familia de apicultores en el campo italiano y cómo esa tranquilidad se ve alterada por la llegada de un equipo de televisión que filma un “reality” show. La obra refleja con delicadeza el choque entre la pureza de lo rural y la invasión de la modernidad mediática.

Con Lazzaro felice (2018), Rohrwacher llevó aún más lejos su mezcla de realismo social y fábula. La película cuenta la historia de un joven campesino cuya bondad parece inalterable en un mundo corrupto y explotador. La cinta obtuvo el premio a Mejor Guion.

Su obra más reciente, La Chimera (2023), completa una trilogía sobre la conexión con el pasado. Ambientada en el mundo del tráfico de antigüedades, la película examina cómo el deseo de encontrar lo perdido puede distorsionar nuestra relación con el presente.

Rohrwacher ha incursionado también en el cine documental, cortometrajes y otras colaboraciones artísticas. Lo que la hace única es su capacidad para capturar lo intangible, la belleza de lo ordinario, y la fragilidad de los vínculos humanos.

El galardón a la mejor ópera prima será anunciado en la ceremonia de clausura el sábado 24 de Mayo.