Siempre se ha dicho que la radio quedará en el olvido, pero lo que no tienen en cuenta es que sigue siendo el medio de comunicación más resistente en contextos de crisis. Cuando todo lo demás falla, la electricidad, el internet o las carreteras, la radio permanece encendida, llevando información a quienes más la necesitan. En zonas afectadas por el conflicto, donde la comunicación es limitada y la incertidumbre es constante, la radio no solo informa, sino que acompaña.
Para muchas comunidades, es clave en emergencias. Durante el ciclón Batsirai en Madagascar, las emisoras locales difundieron alertas y medidas de evacuación que ayudaron a reducir el impacto. En la pandemia de ébola en África Occidental, la radio educó sobre prevención, y tras los terremotos en Lorca, España, brindó información sobre zonas seguras.
En los peores años del conflicto en Colombia, en pueblos como Acacías, Meta, las emisoras locales mantenían informadas a las familias. En Caracas, en medio de la crisis política y económica, la radio fue una fuente de información confiable. En Ruanda, tras el genocidio de 1994, la radionovela Musekeweya promovió el diálogo y ayudó a reconstruir la confianza entre comunidades. No obstante, la radio también ha sido usada para incitar al odio, como ocurrió durante el genocidio ruandés. Posteriormente, se implementaron medidas para evitar su uso con fines violentos y fomentar su rol educativo.
A diferencia de otros medios de comunicación, la radio se mantiene cercana a la audiencia. Un locutor no es solo un periodista; es una persona que comparte el día a día con la comunidad y entiende sus necesidades, su credibilidad se construye con el tiempo y con la relación que establece con la audiencia. En tiempos de crisis, la radio es un testigo de la realidad, dando voz a quienes de otro modo serían silenciados.
Es también un espacio de resistencia. A través de ella, las comunidades mantienen vivas sus tradiciones, su idioma y su identidad. Programas en lenguas indígenas y sobre historia local ayudan a que las nuevas generaciones no pierdan sus raíces. Además, la radio difunde música, teatro y literatura en regiones con acceso limitado a estos contenidos. En muchas comunidades, ha permitido la reconstrucción social, organizando festivales y conciertos transmitidos para quienes no pueden asistir.
El arte y la radio han permitido a las comunidades reconstruirse, organizando festivales, presentaciones teatrales y conciertos transmitidos para aquellos que no pueden asistir en persona.
A pesar de su importancia, la radio enfrenta grandes desafíos. La censura y la presión política amenazan a muchas emisoras, a su vez, los problemas de infraestructura dificultan su funcionamiento. En muchas zonas, mantener una emisora al aire es una lucha diaria, con dificultades para acceder a equipos, electricidad o incluso seguridad para los periodistas. Sin embargo, incluso en estos contextos, la radio sigue siendo una herramienta fundamental para la información y la organización social.
* Manager de relaciones con los medios