El carro fantasma de Coltejer era un vehículo que recorría ciertos sectores de la ciudad, en horas de la noche, deteniéndose en alguna casa seleccionada al azar. Al tocar la puerta y decir la frase: “Coltejer toca a su puerta”, quien recibía la visita debía responder con el santo y seña, que se difundía por una de las emisoras locales. Esta original forma de hacer publicidad tenía gran acogida, pues quienes atinaban a dar el santo y seña correcto, se hacían merecedores a muy buenos premios.
En esa época, este programa, uno de los favoritos, mantenía al oyente pegado al receptor, para así conocer el santo y seña. Recordamos muy bien la cuña cantada que utilizaba la empresa, pues adquirió gran popularidad. Decía: “Coltejer es el primer nombre en textiles, y produce para usted mejores driles. Dril Armada dura más, y no se acaba jamás, úselo y verá que sí es superior. La coleta Margarita, de Coltejer la más bonita, y para usted caballero, el dril Armada es el primero”.
Se popularizó de tal manera, que decir: “conoces el santo y seña?” era común en cualquier conversación entre amigos. Fue así como en una ocasión, estando una señorita en posición de agachada, un joven, ante tan imponente espectáculo, le dio un par de palmadas en aquellas partes, diciéndole: “Coltejer toca a su puerta”. La reacción de la muchacha no se dejó esperar, y propinándole una fuerte cachetada, le dijo iracunda: “¡atrevido...vaya a tocar a su madre!”. El joven, medio aturdido, le reviró diciendo: “Lo lamento, ha perdido usted el premio, ¡ese no es el santo y seña!”.
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