Está bien que los pilotos pidan tablets y salarios iguales a los de sus colegas de América Latina.
No sé cómo están pensando el teletrabajo, pero si hay una tecnología que les permita volar un Airbus desde la casa, pues, nada, que también les concedan esa petición.
Me afana un poco la dedicación laboral.
Si contamos los cuatro días mensuales de compensatorio, los días libres en su lugar de residencia, la negativa a volar de noche cuando no media una luna de descanso, más los días de incapacidad, calamidad, luto, vacaciones, permisos sindicales y la jornada de hasta siete horas, la pregunta es ¿cuántas horas volarán finalmente los capitanes? Pero, de nuevo, si la negociación se los permite, que don Efromovich haga cuentas.
Ahora: ¿quién piensa en los pasajeros?
Avianca ha dicho que puede resistir hasta 30 días de paro. Ya van 14.
Cada día la empresa pierde USD2,5 millones, según las cuentas de los aviadores, es decir, que la compañía puede sumar a sus pasivos USD75 millones sin inmutarse.
Pero en nombre de los 300 mil ciudadanos que han perdido sus vuelos y, de contera, negocios, atenciones médicas o citas amorosas, hoy levanto mi voz para decir que nosotros también tenemos nuestras peticiones.
Exigimos: tiquetes de por vida para quienes vuelen cinco años seguidos con la compañía. Que el beneficio se extienda a los familiares de primer grado de consanguinidad (tampoco somos tan descarados) cuando la fidelidad llegue a diez años.
Que por cada dos horas de retraso la empresa nos compense con una noche de hotel, que incluya por lo menos a la pareja (¡qué tal uno solo en esa habitación de lujo!).
Azafatas esbeltas, como las de las películas. Y Eli, mi asistente (aquí a mi lado), dice que también auxiliares de vuelo muy tonificados. No vayan a pensar mal de nosotros. La idea es que reasignen a quienes no cumplan con esas condiciones.
Poltronas en vez de sillas y, en los aviones más grandes, habitaciones personalizadas para descansar cuando haya muchos niveles de estrés.
Wifi. Importante. Que todos los aviones los tengan. No creemos más el cuento de que tenemos que apagar el celular dizque por el riesgo del vuelo.
Comida. Mucha comida. Ah, y bar abierto. Todo debe estar incluido en la tarifa, que, por lo demás, nunca debe subir más de la inflación.
Que las mascotas no viajen más en la bodega de carga. Por Dios, esto es inhumano, digo, incanino. Si ellos hacen parte de la familia debe haber, inclusive, un bufet de croquetas para ellos.
El tema del equipaje nos preocupa. Hay señoras que tienen que escoger apenas cinco pares de zapatos de entre los centenares que guardan en casa porque a los señores de Avianca se les da por permitirles apenas 23 kilos. Eso qué es.
Los niños desde hace rato están pidiendo consolas tipo Xbox. Ya no se aguantan más el aburrido Quién quiere ser millonario.
Y que todo esto se firme el mismo día de la convención de pilotos. A menos que quieran, claro, que nos vayamos a paro.
@AlbertoMtinezM