No sabemos quiénes andan más nerviosos por estos días, si los mexicanos con los terremotos, los habitantes de las islas del Caribe con los huracanes, los ex magistrados de la Corte Suprema de Justicia con el exfiscal Moreno o los colombianos con la alianza política de la izquierda. De una alianza parecida, fue como se montó el modelo socialista que tiene en la quiebra a Venezuela.
Esa alianza política, conformada por los candidatos presidenciales Claudia López, Jorge Enrique Robledo, Sergio Fajardo y los que siguen en lista, como Humberto de la Calle, Juan Fernando Cristo, Piedad Córdoba, Clara López y Gustavo Petro, son los mismos que, después de haber sido derrotados en el plebiscito por la paz, se aliaron con los enmermelados congresistas de los partidos políticos de la coalición del gobierno Santos, para aprobar a pupitrazo las 2.400 páginas del marco normativo del proceso de paz en el Congreso, a sabiendas de que la mayoría de los colombianos votaron en contra de ese acuerdo de paz.
Esta alianza política fue la que impulsó en el Congreso un Estado paralelo para quitarle funciones al Poder Ejecutivo y otorgarlas a la Csivi, una instancia de cogobierno con las Farc sin legitimidad democrática. Son los mismos que ayudaron a restringirle la autonomía deliberativa al Congreso, a través del mecanismo del fast track y a montar un esquema paralelo a la administración de justicia a través de la JEP. Y son los mismos que están presionando en el Congreso la aprobación de 16 nuevas curules a la Cámara, de unas zonas donde ellos tienen el pleno dominio y les queda fácil financiar las campañas de sus candidatos.
Esta fue la misma alianza política que a través de un populismo barato logró apoderarse 12 años de la Alcaldía de Bogotá, convirtiéndola en el peor modelo de desarrollo y corrupción del mundo. El mismo populismo que utiliza los paros agrarios y las consultas populares mineras para atajar el desarrollo económico y social de las regiones del país para ganar espacios políticos. Son los expertos vendedores de humo con una habilidad impresionante para embaucar con eslogan populistas a la población vulnerable y con poca formación de este país.
Este tipo de políticos populistas están utilizando todo tipo de estrategias oportunistas para ganar las elecciones presidenciales del año entrante. Comenzaron proponiendo una consulta anticorrupción y ahora apelan a los bajos apasionamientos de los ciudadanos, al resentimiento contra la clase empresarial y a las confrontaciones entre sectores sociales. Ellos, están aprovechando la actual coyuntura del país que, entre otras cosas, se parece mucho a la Venezuela de 1999, cuando Chávez se montó en el poder. Los tres huevitos que nos está dejando el presidente Santos, (corrupción, crisis económica y caos institucional), le ayuda mucho a esa alianza política de izquierda con su propósito de convencer al pueblo sobre la necesidad de un cambio de modelo político y económico en el país.
De aquí a las elecciones del año entrante vamos a tener a estos populistas hasta en la sopa. Si nos descuidamos, podemos terminar peor que en Venezuela. Es un campanazo de alerta sobre las graves consecuencias para el país, si esta alianza populista de izquierda llega subirse al poder. Quedan advertidos.
@indadangond