Por mas de veinte años los barranquilleros sufrimos el desangre de nuestros tributos mediante las famosas concesiones, las cuales se apoderaron de los recaudos del predial, de las multas, de los avisos y tableros, de las sobretasas de la gasolina, del impuesto de vigilancia, etc. Nunca fueron realmente auditadas seriamente estas concesiones, con unas rentables “interventorías”. El alcalde Char en su primera gestión logró tumbar Métodos & Sistemas, la cual se apropiaba sin mayor dificultad de $30.000 millones al año de nuestros impuestos locales. Pero cuando todos esperábamos que era el inicio de una jornada de liberación de estos grilletes fiscales, las demás fueron renegociadas y aún en el 2015, EL HERALDO (Agosto 16/15), nos informaba que ocho concesiones seguían aún vigentes, gracias a la labor de nuestro hoy minvivienda, Pumarejo, a las cuales se encuentran vinculadas empresas del grupo Gerlein, Tecnoglass y otras, como son la malla vial, avisos y tableros, fiscalización electrónica, etc. A los ciudadanos nunca nos quedaron claras esas condiciones de renegociación.
Pero ahora hay un viraje. Se trata de remplazar estas odiosas y onerosas concesiones, con empresas de economía mixta. La primera se hizo con Alumbrado Público, entrando el poderoso grupo de William Vélez (empresas Ethus) y Alutrafic Led del grupo en ascenso de los Daes de Tecnoglass. Este último grupo, a través de una empresa de construcción, ya está metida en parques, canalización de arroyos y hasta obras en el canal del Dique. La fórmula en Capital de Luz es de 65% para el Distrito de participación accionaria y el 35% para el resto. (Como lo citan medios de comunicación). La empresas mixtas se comportan como privadas y su gestión diaria pues obedecerá a los intereses privados de quienes realmente manejan su gobernanza. La licitación fue rápida y la selección ultra veloz, sin mayor discusión pública.
La nueva empresa de economía mixta que aparece en el horizonte es ahora Siembra Barranquilla. El proyecto es interesante y parece estar bien concebido desde el punto de vista de la ingeniería forestal, y de las necesidades de arborización que tiene la ciudad. Lamentablemente no se pudo ver la ficha económica del proyecto, pues aunque son 250.000 árboles a 15 años, de 3 metros de altura, se estima que esos árboles cuestan cada uno $60.000, sin que quede sin mucha explicación porqué cada árbol sale a $440.000, aunque se alega el mantenimiento de los mismos, por seis meses. Un empresario presente en el evento dijo que tenía 45.000 árboles para vendérselos al distrito, pero nadie le ha parado bolas. La licitación se hizo y se presentaron dos oferentes, y ojalá el ganador no sea el que ya toda la ciudad supone. Licitación veloz. Se financia con las vigencias futuras del impuesto al teléfono (unos $25.000 millones al año). Pero la tapa de la olla es ahora la llamada Triple A de la Salud. Nuestro sumiso Concejo aprobó raudo el proyecto de acuerdo que la crea (son 37 páginas que merecían un debate o cabildo abierto con la ciudad). Falta ver a quién le van a dar esta licitación, después que se nos va la IPS Universidad de Antioquia. ¿Entes de control?.