Llegamos al primer juego de Serie Mundial. La adrenalina brota a montones. Es un momento maravilloso donde los días tienen un color y un sabor diferente. Cada segundo que pasa, tu mente no deja de pensar en lo que tienes que hacer para ayudar a tu equipo a ganar.
En esta ocasión es una Serie Mundial muy pareja. Veo en los Cachorros a buenos abridores, un buen cerrador que puede tomar la bola desde el octavo inning, una buena ofensiva y también veo a sus jugadores muy entusiasmados. Esa combinación es muy peligrosa para el rival.
Otro aspecto sumamente importante es el mánager Joe Maddon que sabe mover muy bien el bullpen, que no es muy confiable, pero que puede responder ante Cleveland.
Considero que los Cachorros tienen que anotar en las primeras seis entradas, montarse en el juego, porque los Indios tienen a Andrew Miller, que puede pedir la bola desde el séptimo episodio y llegar hasta el noveno, para que entre en acción Cody Allen, quien salvó 32 juegos en esta temporada.
En Indios veo abridores con un trabajo aceptable, y una buena ofensiva.
En cuanto a las estrategias, si Maddon no comete algunos errores que le hemos visto, de no tocar la bola cuando debe hacerlo o no cuidar a los corredores en las bases, va a tener muchos problemas con unos Indios que corren muy bien las bases. Fueron los primeros en la Liga Americana con 134 robos.
Son jugadores peligrosos cuando están en circulación porque cogen una base extra. El sencillo lo convierten en doble. Los Cubs van a tener problemas con esos detalles.
En ofensiva y pitcheo veo muy parejos a los dos equipos, el que esté enchufado va a marcar la diferencia. Creo que esta serie va a llegar al sexto juego.
Uno de los atractivos para la fanaticada latina es la presencia de los boricuas Francisco Lindor, con Cleveland, y Javier Báez, por Cachorros, dos jugadores que han demostrado tener un alto nivel de juego.
Se habla mucho de las llamadas maldiciones en el béisbol, pero los peloteros no piensan en eso ahora. Ellos están en otro mundo, están concentrados en qué tienen que hacer para ganar. La maldición de la cabra lanzada a los Cubs puede terminar este año.
Por experiencia propia, puedo decirles que en el 2004, cuando jugaba para San Luis y nos ganó Boston en cuatro juegos, se hablaba de la maldición de Babe Ruth, y eso de nada valió, Medias Rojas ganaron el título, dejando atrás 86 años de sequía. Así que no se dejen llevar por ese tema.