El adelanto de la prima para los trabajadores del sector público colombiano es una realidad. El presidente Iván Duque y su ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, firmaron el decreto que autoriza el pago de la prestación social para antes del 30 de noviembre. Una noticia con impacto directo en el bolsillo de cerca de 1.300.000 mil personas, sin contar a sus familias, que se convertirán en dinamizadores de la reactivación económica durante el cierre de 2021 que, a juicio de distintos sectores, luce esperanzador.

La campaña, que hace un año tuvo su origen en Barranquilla por iniciativa del abogado laboralista Charles Chapman, miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio, se sostiene en sólidas razones que comportan indudables, además de inmediatos, beneficios económicos de ida y vuelta.

Por un lado, los hogares podrán anticipar sus compras de manera cómoda y segura, haciéndole el quite a las tradicionales e insufribles aglomeraciones de temporada que suelen registrarse en los establecimientos comerciales a medida que se acerca la Navidad. A lo anterior, se suma como un elemento central la preservación de la salud de las personas, un propósito individual y colectivo absolutamente imprescindible ahora que el virus, como se esperaba en esta época de enorme interacción social, vuelve a escalar. Actuar con prudencia es lo que corresponde.

La otra razón de peso que apuntala el pago adelantado se relaciona directamente con el impulso que las compras, con toda seguridad, darán a la economía. Lo más parecido a un círculo virtuoso que permitirá estabilizar negocios y crear empleo, mientras jalona el consumo. Basta revisar las cifras de noviembre del año pasado, cuando el gasto de los hogares alcanzó $63,5 billones, superando en 3,18 % el de 2019. ¿Qué fue lo que cambió en ese momento, además en plena crisis por la pandemia? Sin duda, el pago anticipado de la prima que también promovió un aumento en la confianza del consumidor.

Resulta lógico señalar que si se quiere avanzar aún más en el proceso de recuperación económica, ahora que nos acercamos al cierre del año, vale la pena que, adicional a la determinación del Gobierno nacional, las empresas privadas hagan un esfuerzo para sumarse a la estrategia. Sin embargo, muchas de ellas no podrán hacerlo. Es totalmente comprensible que así suceda. Luego de meses de encadenar situaciones adversas que las han mantenido al límite de sus posibilidades por las sucesivas crisis desatadas por la pandemia, hoy no tienen cómo adelantar el pago. No se les debe perder de vista por un asunto de elemental justicia social. Es clave que los beneficios de la reactivación económica, que se está produciendo en la actualidad con el repunte de la producción industrial, las ventas y del personal ocupado, lleguen a todos.

Como elemento complementario al consumo responsable que se busca en diciembre y al inequívoco estímulo a las ventas, motivado por el adelanto de la prima, se encuentra el tercer Día sin IVA, previsto para el 3 de diciembre. Una fecha en la que se centran las expectativas del comercio porque se podrían romper todos los récords alcanzados hasta ahora durante estas jornadas. Incluso los del pasado jueves 28 de octubre, cuando se registraron ventas por $9,8 billones.

Madrugarle a la Navidad con prima anticipada más Día Sin IVA es una fórmula que, claramente, se anticipa ganadora. También está el hecho de que el Atlántico fue el cuarto territorio del país con mayor crecimiento en ventas –278 %– en el primer Día sin IVA de 2021, comparado con la tercera jornada de 2020. Una oportunidad para acrecentar la economía de Barranquilla y los municipios, fomentar el empleo y apostarle a disminuir la pobreza y la desigualdad. Argumentos valiosos para avivar el optimismo razonable que nos atrevemos a saborear en la conclusión de este 2021, en el que la solidaridad debe ser un anhelo innegociable.