Tras varios intentos fallidos, todo parece indicar que la Costa se constituirá muy pronto en Región Administrativa de Planificación (RAP). La iniciativa fue radicada días atrás en la Comisión de Ordenación Territorial del Senado, que deberá darle luz verde, lo que previsiblemente sucederá en próximos días.

Se trata, sin duda, de una excelente noticia, por tratarse de un primer paso hacia la construcción de un proyecto regional que debe conducir a una mayor autonomía administrativa y fiscal, como lo reclamaron los costeños en el histórico Voto Caribe de marzo de 2010.

Aquel voto, que se hizo coincidir con las elecciones parlamentarias, es la manifestación pacífica más importante que se ha celebrado en el país en defensa de la autonomía regional. Pero aquella esperanza de cambio se desvaneció casi de inmediato. ¿Los motivos? La fuerza avasalladora del centralismo y la desidia de los congresistas costeños, que durante los siete últimos años no estuvieron a la altura de las circunstancias para poner en valor la formidable gesta de los votantes del Caribe.

Que la constitución en RAP nos sirva, pues, para retomar el anhelo autonómico que la región viene reclamando desde hace décadas y que tuvo en la Liga Costeña, a comienzos del siglo XX, uno de sus hitos más memorables.

Pero debemos tener todos muy claro que, como se dijo, la RAP es solo un paso para la construcción del proyecto regional. Colombia sigue siendo un país altamente centralizado, hasta el punto de que mecanismos concebidos para fomentar la descentralización, como el Sistema General de Participaciones o las regalías, son férreamente controlados desde Bogotá.

Es importante destacar que, a la par que la RAP, los gobernadores costeños han presentado un proyecto legislativo para que el Gobierno aumente sustancialmente los recursos que transfiere a las regiones. Ojalá prospere, pero más temprano que tarde deberemos ir más lejos y conseguir una auténtica descentralización administrativa y fiscal.

Confiamos en que los congresistas y dirigentes políticos tomen conciencia de lo que está en juego y actúen esta vez con mucha más determinación de la exhibida hasta la fecha. Es importante que este nuevo impulso regional, en el que hay que destacar la tesonera labor del gobernador Eduardo Verano, tenga consecuencias.

Desde su fundación, EL HERALDO se ha distinguido como un firme y entusiasta defensor de la causa costeña. Y esta vez no será la excepción. La tarea que nos espera es hercúlea, pues las poderosas fuerzas centralistas no cederán con facilidad. Pero hay que intentarlo. Con unidad. Y con mucha ambición.