La Convención del Partido Demócrata, llena de entretenimiento y de grandiosos discursos de las principales figuras del partido, resalta la importancia de enviar un mensaje de esperanza y optimismo de cara al futuro de Estados Unidos. En tiempo récord, el Partido Demócrata logró mostrar cohesión y coherencia, mientras hacía un llamado que va más allá de sus bases políticas y que busca llegar a los moderados o independientes, quienes serán los votos que determinarán los resultados electorales de noviembre. Esa unión que se vio en la Convención fue difícil de materializar, pues no solo la salida de la contienda de Joe Biden generó fracturas a nivel interno, sino que Harris era una candidata que, antes de que se anunciara su nominación, tenía una bajísima favorabilidad. Aunque pueda ser cuestión de momento, parece que los demócratas tomaron la decisión correcta, pues Kamala Harris encabeza en este momento la mayoría de las encuestas. Ahora, la Convención logró algo fundamental, como convocar también a los republicanos que no se sienten representados por Trump y que han decidido, en vista de las circunstancias, apoyar a Harris. Esto último, sin lugar a dudas, es un golpe duro tanto para Trump como para su partido.
En cuanto a lo que fue la convención en términos de cuál es el futuro de Estados Unidos y cuál será la agenda programática de Harris-Walz, el escenario se prestó más para plantear una visión sobre los valores que deben predominar en el país, más allá de asuntos concretos como la economía o la política exterior, que seguramente tendrán que abordarse en las próximas semanas. Aunque para Estados Unidos hay temas esenciales para las elecciones, como el manejo de su economía doméstica, esta Convención, en línea con lo que venía planteándose desde el inicio de la campaña, muestra que hay temas como los derechos reproductivos de las mujeres, incluyendo el derecho al aborto, sobre los cuales girará en gran parte la campaña de Kamala Harris.
Dentro de todos los discursos que se presentaron en este encuentro, las palabras de Hillary Clinton y Michelle Obama mostraron cómo la elección de Kamala Harris podría ser histórica en términos de género, raza y origen étnico. El mensaje central, muy apegado a la visión del "American Dream", es la visión de un país donde se vale soñar y donde la clase media puede llegar hasta donde su perseverancia la lleve, incluyendo a la Casa Blanca. El discurso de Harris fue sumamente relevante para los jóvenes, quienes no se sentían identificados ni con Biden ni con Trump, y que ahora jugarán un papel muy importante de cara a su futuro.
Ahora, el reto que tienen como partido es lograr captar los votos que necesitan en los estados bisagra y seguir con el ímpetu con el que iniciaron esta campaña, ya que la realidad es que, en medio de una polarización tan aguda, solo los votos de los independientes pueden llevar a Harris y a Walz a la presidencia y vicepresidencia de Estados Unidos.
Dicho lo anterior, después de unos meses en los que el pesimismo parecía haberse apoderado de Estados Unidos, y donde sus aliados de Occidente miraban a lo lejos lo que podría ser una decisión democrática catastrófica ante lo que parecía un inminente triunfo de Donald Trump, hoy Trump se ha quedado estancado en la misma estrategia que ha desplegado durante años, basada en la mentira y la discriminación; algo que, aunque sigue teniendo fuerza, no tiene la misma que solía tener.
@tatidangond