Esta semana, el expresidente y actual candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, fue declarado culpable de 34 delitos graves de falsificación de documentos para esconder los pagos que, a través de Michael Cohen, le habría hecho a la actriz Stormy Daniels a cambio de su silencio. Como escribió Aaron Blake en un análisis para The Washington Post, la situación se va a poner fea en Estados Unidos. Mientras que para muchos esta decisión muestra la fortaleza y la entereza del sistema judicial estadounidense, para los que apoyan a Trump es el resultado de un sistema que está persiguiendo al candidato. Por supuesto, esta última teoría se cae por su propio peso, pues las pruebas y testimonios que se presentaron durante el juicio dejan en evidencia la clara responsabilidad de Trump. Asimismo, los jurados que declararon a Trump culpable fueron seleccionados tanto por el fiscal como por la defensa. 

En previas columnas me he referido a este juicio y a las acusaciones que pesan en su contra, así como al peligro que representa Trump tanto para las libertades, la democracia y la política exterior de este país. Sin embargo, con esta nueva decisión el panorama cambia rotundamente, pues ya no solo existe una gran posibilidad de que un expresidente ampliamente cuestionado vuelva al poder, sino que puede que Estados Unidos esté bajo la dirección de una persona condenada. Sería un deshonor para su democracia. Nunca se imaginarían ni los padres fundadores ni los anteriores presidentes que Estados Unidos enfrentaría una crisis de tal nivel en la que una persona como Trump, con condena de por medio, recibiera tal nivel de apoyo popular en el que los trumpistas sigan en estado de negación y lo respalden aún más después de su declaratoria de culpabilidad. Según la campaña de Trump, desde el pasado jueves, día en que se dio a conocer el veredicto del jurado en Manhattan, se han hecho donaciones online por $52.8 millones de dólares a favor de su campaña.

Ahora, el discurso incendiario de Trump podría tener consecuencias nefastas para la estabilidad de Estados Unidos y para la seguridad. Muchos de los influenciadores que apoyan a Trump están empezando a hablar de una “guerra”. Si Trump vuelve al poder, seguramente tomará represalias en contra de muchas de las instituciones democráticas que se han opuesto a sus declaraciones autoritarias. Si Biden es reelegido, es muy probable que el núcleo cercano a Trump desconozca el resultado de las elecciones y se generen disturbios en Estados Unidos. Al final, estas elecciones no solo serán decisivas para el futuro económico del país, sino que podrán sentar un precedente de qué tan importante es la democracia para los votantes.

Una nota para los colombianos que apoyan a Trump: parece que, para muchos en Colombia, Trump es su ídolo. Irónicamente, Trump menospreció la procedencia étnica de Juan Mérchán, el juez que presidió su juicio y que es de origen colombiano. Al respecto, Trump dijo: “Take a look at where he comes from” (Miren de dónde viene). Es curioso ver tal nivel de apoyo hacia una persona que desprecia a los colombianos y, en general, a todos los que no se asemejan a él.

@tatidangond