Plaza de La Paz prolongada

Será algo de mostrar, ninguna plaza del Caribe se le comparará por mucho tiempo, no solo por su tamaño, sino por la variedad de usos, conservación y adaptación de árboles y fuentes luminosas, al igual que los espacios culturales cubiertos, oferta de comidas, helados y refrescos para los visitantes que tendrá en la antigua y hermosa casona construida para Doménico Marino y su familia. Ellos residieron allí por varias décadas hasta que fue ocupada en los inicios del Diario del Caribe en la época de Lucho Pacini Santo Domingo y Gabriel Martínez Aparicio Gerlein. Más tarde, allí se hicieron los cursillos de cristiandad de la Arquidiócesis de Barranquilla, en los años sesenta. Un miembro de la familia Cathinchi la adquirió por unos años, cediéndola luego al ‘paisa’ Zuluaga, promotor de la vinculación de centenares de pequeños comerciantes paisanos suyos, quienes devolvieron vida económica al centro histórico que soportaba una larga siesta comercial.

Registro memorioso

Primera etapa

En mis personales recuerdos hay varios actores para no olvidar, el alcalde Guido Borrero D. quien declaró inicialmente de utilidad pública las cuatro manzanas que iban desde la Catedral María Reina hasta la Calle Murillo. Como no se negociaron las tierras, pasados siete años, Julio Mario Santo Domingo Pumarejo y Francisco Posada de la Peña desde Colinsa, accedieron a cederle al Banco de la República la manzana del Jardín Águila para construir su marmólea sede. Quedaban tres por adquirir. Cuando vino el Papa a Barranquilla se necesitaba un espacio para albergar los miles de peregrinos y hubo que resolver el asunto. El alcalde Jaime Pumarejo Certain ensanchó y pavimentó la ruta papal (la calle Murillo 45 ). El ministro de Obras Públicas, Rodolfo Segovia Salas, y congresistas del Atlántico obtuvieron los recursos del Gobierno nacional, pero había el problema de la oportunidad del giro de los fondos necesarios, el tiempo era apremiante, pero la colaboración personal solicitada al gobernador Fuad Char fue determinante. Con su chequera personal o comercial, con el lleno de las formalidades del caso, que ya estaban adelantadas. Se adquirieron las casas de la manzana 1 que estaba frente a la Catedral, desde la Calle Manga de Oro hasta la calle Caracas. En un plazo cortísimo fueron desalojadas y demolidas por bulldozers militares. Los peregrinos encontraron el sitio en tierra, pero despejado apenas días antes. Meses después, al gobernador que apoyó a tiempo la obra se le restituyeron los recursos facilitados por el y su familia. El gobernador Eduardo Verano construyó y su sucesor, José Antonio Segebre culminó la obra de la primera manzana en uso.

Segunda etapa

Seguramente antes de concluir su mandato, el Eduardo Verano dela Rosa culminará la prolongación de la Plaza de la Paz y entregará esas dos manzanas contiguas al disfrute público. Monseñor Víctor Tamayo desde el balcón catedralicio, donde el Papa se dirigiera a los peregrinos visitantes, observará complacido la realización de lo que muchos ciudadanos creían que era un sueño. El famoso creativo gringo Walt Disney en alguna ocasión dijo: “Para realizar algo, primero hay que soñarlo”. La constancia en el trabajo y la fe hacen milagros.