En Colombia no hay nada más permanente que lo provisional. Sobran los ejemplos de medidas y decisiones que, para evitar airada reacción ciudadana, se disfrazan de provisionales, y terminan empeoradas y sempiternas. Sobran también los ejemplos de la santanderista dialéctica de los funcionarios cachacos expertos en disfrazar los temas, lubricar los abusos, para finalmente imponer su voluntad o acorazar sus intereses.
Es que no cesan las tramoyas para embolatar a la feligresía de la Parroquia Francisco Javier en Villa Campestre. En la última reunión promovida por Mauricio Gómez Amín, el obispo Pablo Emilio Salas salió contento: “¡Ya resolvimos todo! Y están preparando los documentos para firmar”, dijo por la radio. Claro, monseñor es ducho en las cosas de la iglesia y la religión, pero, como es de esperarse, de tremenda ingenuidad para lidiar con la voracidad de contratistas y hasta de contratantes, quienes le plantearon que firmara los correspondientes compromisos accediendo a que se tumbara la iglesia y ellos por su cuenta en dieciocho meses construirían una nueva similar o mejor y que, para no afectar a la feligresía, conseguirían, claro, en el mismo barrio, un lugar apto donde provisionalmente celebrar la Eucaristía y demás servicios que demanda la parroquia.
¿Apto? ¿Qué significa? Apto podría ser un solar con alguna media agua encima. Muchas iglesias comenzaron así. ¿Dieciocho meses? ¿Año y medio para construir una pequeña iglesia? Ni que fuera un puente atirantado. ¿Provisionalmente durante año y medio? El cuatro por mil se prometió que sería por sólo un año, y ahí está. No, Monseñor. Firme cuando, por lo menos, le entreguen la escritura del nuevo lote de terreno, y no conceda más de seis o siete meses para que le entreguen la nueva construcción. Eso no es oponerse al desarrollo. Eso sólo indica la falta de previsión y fallas en programación por parte de ANI. O soberbia de los encargados. O intereses distintos. O indiferencia de nuestra ministra. Y hasta de las autoridades locales. Pero nunca se puede culpar a la feligresía, porque la iglesia ya estaba ahí cuando diseñaron la vía. La norma prohíbe reasentar sin tener dónde asentar. Así que, Monseñor, mientras no le garanticen adecuadas, aterrizadas, y viables condiciones, ¡No firme!
Coletilla: Pobre Bogotá con la López y el rebrote que asoma. Pero la eligieron, y sarna con gusto no pica. El país eligió a Duque, pero la de malas son los Petros, Iván Cepeda y afines políticos de pacotilla cómplices. ¿Inversión extranjera en un país de locos revoltosos? La Minga llegó a apoyar el irresponsable paro de ayer, so pretexto de protestar porque les han dado millones de hectáreas que no trabajan, que les regalan casi tres billones anuales, que su ingreso per cápita es el mayor de la región, que tienen curules en el congreso, y porque no se quiere dejar que ése millón y medio de indios manden sobre los otros cuarenta y cinco millones de habitantes. Cuando esto se escribe aún no se conocen las consecuencias, pero los augurios no son nada buenos.
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