Según estudios especializados “en las entidades públicas, privadas y organizaciones no gubernamentales existe cada vez mayor demanda de aplicación del protocolo, como eje principal de la actividad humana y relacional, con usuarios, proveedores, colaboradores, entre otros, todo ello, unido a la mayor vitalidad y dinamismo de la sociedad en general, lo cual hace necesario el desarrollo de un elemento fundamental en las relaciones hacia dentro y hacia fuera de la propia organización, como es la imagen institucional.
En tal sentido, el señor presidente Petro es la imagen institucional del Estado Colombiano, tanto al interior como al exterior.
Precisamente por ese motivo, se reconoce la importancia que tiene la puntualidad del protocolo para el fortalecimiento de la imagen, no solo de la institución y majestad presidencial, sino la del Estado mismo.
El señor presidente Petro goza de una multiplicidad de problemas personales y familiares, los cuales ha permitido transciendan a lo institucional y público. Al parecer, sin percatarse de la gravedad de la afectación a su propia imagen, -que sería lo de menos pue es su problema-, sino en detrimento de la institución presidencial, la cual queda cada vez más pisoteada con su impuntualidad y con la asoleada de sus pasiones personales y la de los miembros de su familia.
Es que la puntualidad hace parte esencial del protocolo como de la vida privada misma del hombre público. No se trata de una simple moda, sino que constituye una herramienta de comunicación institucional, basada en la fidelidad, presencia, imagen, posición, objetivos, empeño y compromiso del presidente con la institución presidencial que representa, tanto en sus relaciones al interior del gobierno y familia, como de las externas con los coasociados y relaciones internacionales.
El señor presidente Petro no ha sido fiel al protocolo que un mandatario debe darle cotidianamente a la institución presidencial, debido a que propicia escenarios que desnudan en público sin pudor su vida privada y la de los miembros de su familia.Carece de una asesoría mínima relacionada con el saber: vestir, hablar y saludar protocolariamente.
Infortunadamente para la majestad de la presidencia de la república, el señor presidente Petro es un impuntual vergonzante aflorando permanentemente un irrespeto por si mismo, por quienes le rodean y por las instituciones. Sin duda, demuestra un inadecuado manejo de las normas de ceremonial y protocolo, por lo cual según críticos especializados en el tema “no sabe vivir con los demás y sobre todo, actuar de manera constructiva en la sociedad”, falencias inaceptables en un mandatario que mancillan la "Imagen Institucional" presidencial.