Cuán equivocados están aquellos que piensan que solo con grandes obras se transforma y mejora una ciudad. Obvio que con necesarias obras de magnitud se logran cambios importantes, pero también son indispensables esos pequeños detalles que atomizados por la ciudad, mejoran su presentación e imagen en todos sus sectores. La falta de estos detalles me genera inquietudes, tales como: ¿Por qué en Barranquilla casi todos los postes de energía y telefonía están saturados de unos desagradables papeles, que pegados a estos, ofrecen una cantidad de servicios, incluyendo en tan irrespetuosa publicidad sus números telefónicos, correos, direcciones, etc., afeando y polucionando la ciudad, sin que nadie se lo impida? Y la pregunta obvia es: ¿Si existe una norma que penaliza este hecho, por qué no se hace efectiva? Como simple ciudadano que desea una mejor ciudad, propongo que se diseñe un bien estructurado programa, que incluya una campaña pública de un mes de difusión, con un nombre que la identifique, “Ese poste es nuestro”, por ejemplo, en la que se informe sobre las sanciones al que incumpla la norma, siguiendo con una limpieza tal que no quede un solo poste con afiches en la ciudad, que el Distrito o las empresas a las que les corresponda, los pinten hasta 2 m. de altura, en color gris basalto, que es el que más mimetiza defectos, porque para pintarlos con colorinches, es mejor dejarles los papelitos pegados, rematándolos con una franja azul como el logo de “Air-e” si es eléctrico o verde si es de telefonía, con lo que se mostraría que estos postes tienen dolientes, que somos todos los barranquilleros, y que quienes los ensucien, nos estarán afectando e irrespetando a todos, y por ello deben ser sancionados drásticamente y expuestos por prensa y TV, con fotos de los responsables, para que la infracción tenga rostros y logre además, el necesario rechazo social.
Una segunda inquietud me la causa los miles de gajos de cables enrollados y sujetados en los extremos superiores de nuestros postes locales, los cuales generan el más desagradable aspecto urbano. Lo primero sería que la Secretaría de Espacio Público a través de los medios le informe a la ciudadanía, y con nombre propio, cuál o cuáles son las empresas que nos ofenden con tan desagradable polución visual, y proceda a averiguar en Medellín, por ejemplo, donde no hay esos “gajos”, cómo es que en esa y en otras ciudades, las mismas empresas que aquí polucionan, en aquellas no utilizan los postes públicos como puntos de almacenamiento de cables a la vista de todos y sus cables no generan las marañas de aquí, porque si en otras ciudades colombianas sí les es posible, aquí también debe serlo. Ya con esa información, obligarlas a hacer lo mismo en Barranquilla, incluyendo sanciones pecuniarias y hasta suspensión del servicio.
Con solo lograr estos dos cambios, la eliminación de los anuncios de papel pegados a los postes, y la de los “gajos” y marañas de cables, pintando los primeros y organizando los segundos, la ciudad cambiaría, ¡y muchísimo! Sería muy interesante conocer la opinión del funcionario competente para que informe a los barranquilleros si esto es posible, y si no lo es, cuál es la razón para que no lo sea. Pero recordando siempre la tremenda importancia que tanto en la vida como en una ciudad tienen, los pequeños detalles.
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