Tras la salida en falso del Ministro de defensa Diego Molano, donde campantemente salió a graduar a Irán de enemigo de Colombia, declaración que tuvo que salir a corregir el mismo Presidente Duque y hasta el mismo Molano días después intentó rectificar llamándola de “ligereza” demostró una vez más que la política exterior colombiana es manejada de forma desprolija, aquí algunas reflexiones sobre la política exterior en el gobierno Duque.
Primero. Falta de verdaderos cancilleres, durante su gobierno Duque no puedo tener un verdadero canciller de talla, que tuviera el perfil de experto en relaciones internacionales y con experiencia en el ejercicio diplomático como funcionario de carrera que sería lo ideal, al gobierno llegó en primer término Carlos Holmes como cuota del partido de gobierno y tras haber perdido en las internas como candidato presidencial, Holmes pese a que ocupó diferentes cargos a nivel internacional, dentro de la misma cancillería no lo veían como un canciller de peso sino como una simple cuota política, y su gestión no fue más allá de lo evidente que era atacar a la dictadura venezolana de Maduro día y noche y buscar congraciarse con Trump. Tras la salida de Holmes al ministerio de defensa, llegó a la Cancillería Claudia Blum, un verdadero paquete chileno, si Holmes no tenía peso de canciller lo de Blum si fue una afrenta para el servicio exterior colombiano, y pasó lo evidente, no hizo nada, tuvo un paso sin pena ni gloria por una de las carteras más estratégicas del gobierno, y para cerrar con broche de oro terminamos bajo la figura de la vicepresidenta- canciller, figura que demuestra que la política exterior no fue una prioridad y que no tuvo en este gobierno un representante de altura y categoría.
Segundo. Falta de estrategia y agenda, uno de los puntos que más se le critica a la política exterior colombiana es que sufre de ser una agenda “ narcotizada y securitizada” quiere decir que Colombia en el sistema internacional solo habla y solo se reconoce por los temas relacionados al narcotráfico y al conflicto interno, y lo que se busca es salir de esos dos temas y que podamos tener una agenda más amplia donde se pueda ver al país como un socio estratégico en temas como seguridad alimentaria, medio ambiente, turismo, etc. etc., pero efectivamente en este gobierno el discurso no salió de lo mismo, quiere decir hablar de coca, de Venezuela y del conflicto armado interno.
Tercero. Salidas en falso. La lista podría ser larga, por temas de espacio solo cuatro perlas. Uno, Duque con la idea que tiene desde candidato de poner una representación estatal en Jerusalén, en contravía de ser un actor neutral en este conflicto, dos Marta Lucia Ramírez salió a decir palabras más palabras menos que Colombia admitía la soberanía de Marruecos sobre los territorios del Sahara Occidental, cuando esto es un tema que está en medio de conflicto dentro de Naciones Unidas, tres como ya lo decía Diego Molano graduando a Irán de enemigo de Colombia, y cuatro Duque y su gobierno que visitó Israel no tuvo la inteligencia de visitar también los territorios palestinos, conocer la situación en materia de derechos humanos que se viven allí y así poder ser un actor en el sistema internacional que promueva una verdadera salida negociada y justa en este conflicto. todo esto yerros en menos de 20 días. Como podemos ver la política exterior ha sido manejada de forma desprolija y no con las lógicas de políticas de Estado que esta materia necesita.
Nota Final. Quiero enviar un saludo a la comunidad Palestina en Colombia que el pasado 29 de noviembre celebro “el día de solidaridad con el pueblo palestino” fecha dada por Naciones Unidas desde 1977 y que busca que el mundo no olvide la difícil situación que vive este pueblo en medio de una ocupación y una constante violación de los derechos humanos.