Esta semana quiero intentar escribir una columna que destaque las noticias positivas que están pasando en Colombia y en el mundo, pues temo que si sigo escribiendo acerca de las decisiones y declaraciones que provienen del gobierno nacional, dónde cada vez uno entiende menos qué es lo que está pasando ahí adentro, dónde cada vez uno entiende menos cuál es el bendito desorden que tienen los que supuestamente deben de encargarse de velar por la nación, y dónde cada vez uno entiende menos si es que están gobernando o si es que están todavía en la oposición, puede que esté en riesgo de que me dé un ataque de ansiedad.
Así que vamos a resaltar ‘los gozosos’ y ‘los gloriosos’ para que no dé tan duro sentir que se está a la merced de que ocurra ocurra un milagro, y no se siga hundiendo de esta manera Colombia en ‘los profundos dolorosos’. Lo veo difícil, pero como buen colombiano, ‘la esperanza es lo último que se pierde’.
Comencemos entonces con una de las noticias de gloria de esta semana: Linda Caicedo y la Selección Femenina de Fútbol Sub 17. Es un motivo de profundo orgullo que sean estas mujeres las encargadas de darle el honor al país de estar en su primera final en un mundial de fútbol en toda la historia. Siempre he creído que el deporte, en especial este, tiene la capacidad de unir hasta el país más desintegrado por distintos pensamientos políticos y sociales, y el hecho de que este momento histórico haya sido protagonizado por mujeres, por el supuesto ‘sexo débil’, por las que no reciben ni el mismo trato ni el mismo pago que sus colegas hombres, es una de las ironías más grandes.
Por motivos laborales, he tenido la oportunidad de estar cerca de algunas de estas campeonas, y si este no es un buen momento para cambiar sus condiciones salariales, al igual que las normas absurdas a las que están sometidas por el simple hecho de ser mujeres (el tema de recibir recompensas por los premios que ganan está en una visible desigualdad frente a los hombres), no sé cuándo lo sea. Porque aunque uno no debe de ‘echarle sal a la herida’, ni está bien ponerse a comparar, ni debería de tenerse en cuenta los resultados para que haya equidad, hay que recordar que este próximo noviembre, la Selección Colombiana de Fútbol Masculino no estará en el mundial de Catar, y mucho menos han estado si quiera cerca de estar en una final como estas. Así que simplemente no tiene sentido que no estén recibiendo lo mismo.
Por otro lado, Rihanna volvió a la música después de seis años de estar ‘retirada de las canchas’, y esto para sus fanáticos (entre esos estoy incluida) es una noticia que por mucho tiempo se creyó imposible, pues durante todos esos años, la artista se dedicó a crear su propio imperio de maquillaje, belleza y ropa íntima, convirtiéndose en una de las mujeres más exitosas y ricas de la industria, y llegamos a pensar que ‘esto de cantar’ no lo iba a hacer más. Sin embargo, el jueves pasado nos sorprendió a todos, pudimos volver a escuchar su voz después de tanta espera con su nuevo sencillo ‘Lift Me Up’, y nuevamente probó por qué razón a esta isleña, absolutamente nada le queda grande.
Y por último, Kanye West finalmente empezó a recibir consecuencias por sus constantes declaraciones de odio. Esta vez en un programa de radio, se fue en contra de la comunidad judía, llegando incluso a decir que el Holocausto había sido todo un montaje, y por eso, finalmente, la reconocida marca ‘Adidas’ decide suspender el contrato que tenía con el artista. Y aunque muchos consideraron que esta decisión se ha debido de haber tomado hace años (este comportamiento de West se viene presentando desde el 2015, pero debido a lo lucrativo de este negocio, siempre se tendía ‘a mirar para otro lado’), lo importante es que el mundo está viendo que nadie es verdaderamente intocable o al menos, en el primer mundo. Pues aquí, se le quiere pagar a los delincuentes para que no delincan, mientras a los empresarios que generan empleo, se les quiere castigar por generar progreso.
PD: Barranquilla y el resto del país está viviendo una situación de seguridad alarmante, una que cada vez se sale más y más de control. Por razones de seguridad, prefiero no dar especificaciones, pero puedo decir de primera mano, que ya ni siquiera uno estando en su casa, se puede sentir a salvo. Y esto es absolutamente insostenible.