El rol del caricaturista consiste en ‘incomodar’ con una imagen, consiste en representar en un solo dibujo una protesta social, consiste en decir sin usar casi ninguna palabra lo que debe indignarnos y, de esta manera, lograr despertar en otros la sed de querer frenar injusticias.
Sin embargo, esta semana, el renombrado caricaturista pereirano Julio César González, más conocido como ‘Matador’, hizo un dibujo que poco gustó ante la opinión pública, y que inclusive, tanto los de derecha, como los de izquierda, consideraron ‘desatinado’ y poco coherente. Muchos alegan que no entendieron a qué quería llegar con esto. Muchos siguen sin entender cuál era el mensaje.
La caricatura se titula ‘Tristeza por las Danielas’, y muestra dos imágenes. En el lado izquierdo, aparece el tren inferior del cuerpo de una mujer sin una extremidad, y con ella, la frase: ‘a Daniela Álvarez le apuntaron su pierna’. Por otro lado, en la parte derecha de la imagen, aparece una lápida con un epitafio que dice, ‘a Daniela Quiñónez le amputaron su vida’. Realmente, por más que intento, no logro entender qué tiene que ver lo uno con lo otro. No logro entender qué está intentando decirnos.
Y es que desde cualquier perspectiva, el mensaje es absolutamente insensible. Por un lado, si lo que quiso comunicar al comparar ambos casos, fue el de intentar ‘igualarlos’, creo que la intención fue bastante desafortunada, ya que mientras el asesinato de la joven de 23 años, Daniela Quiñonez en Marmato, Caldas, causó indignación en el país por tratarse de un feminicidio que se suma a los cientos que se han presentado durante esta cuarentena en la nación, la pérdida de la pierna de nuestra querida Señorita Colombia, la barranquillera de 32 años Daniela Álvarez, se convirtió en un mensaje poderoso sobre cómo superar las adversidades cuando hay fe en Dios, cuando hay actitud positiva, y cuando damos gracias por lo que tenemos, y no por lo que nos hace falta.
Se equivoca ‘Matador’ cuando intenta igualar las situaciones al decir que ambas generaron ‘tristeza’, ya que, parafraseando lo que dijo la misma Daniela Álvarez en las entrevistas que les concedió a los distintos medios de comunicación en los últimos días, ella jamás ha querido ‘que la miren con lástima’, pues para ella, que haya tenido que tomar la dura decisión de permitirle a los médicos que le quitaran su pie y un pedazo de su pierna, significa que ella tomó la decisión de ‘vivir’ y de gozarse su vida. Si el país entero se conmocionó con la noticia de Álvarez, lo hizo porque en gran parte fue impresionante ver cómo jamás habló de su situación como una tragedia, sino que la describió como una oportunidad para una nueva vida.
Y si por el contrario, lo que ‘Matador’ intentó decirnos con esta imagen es que no deberíamos considerar que el caso de Daniela Álvarez deba ser ‘tendencia’, mientras que deberíamos brindarle toda nuestra atención al caso de Daniela Quiñónez, creo que también se equivoca.
Porque podemos sentir una absoluta indignación por lo que le sucedió a la joven universitaria Daniela Quiñónez, podemos hablar con franqueza sobre el homicidio, y podemos pedir que le caiga todo el peso de la ley al supuesto asesino, quien ya se encuentra en manos de las autoridades, al tiempo que podemos aplaudir a Daniela Álvarez por ser una muestra de empoderamiento femenino y de superación de vida.
Porque lo uno no invalida a lo otro.