Finalizada la gesta electoral en los territorios, el vaticinio que visibilizada la pérdida por parte del partido o las alianzas del gobierno nacional en las principales alcaldías del país se hizo realidad.

A pesar de los sentimientos de polarización que se vivieron en varias de las municipalidades del país, la brecha entre el ganador y su oponente más cercano ofrece una idea de gobernabilidad con la que entran a los nuevos gobernantes a timonear los vientos de los próximos 4 años. En este punto en particular, sobresalen las ciudades de Barranquilla y Medellín, cuyos ganadores de la contienda superan con más de 60 puntos porcentuales al candidato que ocupó el segundo lugar. En Bogotá, la diferencia tampoco fue menor, alcanzó los casi 30 puntos porcentuales, mientras en Bucaramanga y Cali, llego al 19,92% y 12,18%, respectivamente.

En todo caso, es valioso recordar a los nuevos gobernantes en especial donde las diferencias son menores, que han sido elegidos para liderar un territorio donde conviven amplias divergencias y en donde la escucha activa, el conceso y la negociación deberán hacer parte de la agenda pública en aras de consolidar un programa de gobierno en pro del bienestar de sus cohabitantes.

Por otro lado, en materia de participación no se identificaron grandes avances respecto a las elecciones pasadas, en general la participación electoral se ha ubicado alrededor del 60%, con la única excepcionalidad que la votación por ediles recuperó su representatividad.

En las principales ciudades del país, todas con excepción de Cali superaron más del 50% de participación y curiosamente en Barranquilla donde la victoria estaba cantada fue la de más alta participación.

Y aunque la clasificación de izquierda, derecha y centro es particularmente estigmatizante, el nuevo mapa político entre las principales ciudades deja ver el desplazamiento de la izquierda para darle lugar al centro y derecha del país.

Un mensaje claro y directo para el gobierno nacional que con más de 14 meses en ejercicio no ha logrado pasar sus principales reformas dado su ánimo poco conciliador con el resto de poderes públicos, y para quien ahora desde los territorios le gritan que los cambios solo son posibles si pasan por la concertación y que sí se busca lograr modificaciones a los estamentos actuales, en especial, de trabajo, salud y pensiones, deberán mejorar las oportunidades de intervención del resto del actores que han alertado sobre ciertos riesgos de aprobar las reformas tal como llegaron planteadas.