En las calles se vive un nuevo ambiente y una revisión por lo que acontece en nuestros principales renglones económicos permiten ratificar que vamos en un tren que no para nadie.
Por el sector industrial, el departamento cumple 10 meses de variaciones positivas en su producción industrial, solo en julio cerró con una variación real de 17,7%, con sectores prominentes con amplias participaciones en este logro, como: alimentos y bebidas y de sustancias y productos químicos, farmacéuticos, de caucho y plástico.
En materia turística, el número de extranjeros con intención de hospedaje ha visibilizado un repunte significativo de personas, a tal punto que en julio superó las 6.427. Los visitantes que llegan a la ciudad manifiestan como principal motivo de viaje el turismo seguido por una situación de tránsito.
En materia inmobiliaria, las transacciones luego de abril se han mantenido en una senda creciente de operaciones de compraventa, con una amplia concentración en el segmento VIS, cuyas ventas superan máximos históricos de ventas mensuales.
El comercio minorista por su parte para el Atlántico, cerró el mes de julio con la mayor variación anual real en relación a sus ventas, respecto al resto de departamentos principales del país. Tal panorama destacado viene acompañado de un crecimiento en el empleo que apenas comienza a tomar forma, y desde junio muestra variaciones conservadoras pero positivas.
El sector constructivo en el departamento, muestra una evolución en el área licenciada con respecto a lo corrido del año inmediatamente anterior superior en un 42%, sumando un total de área licenciada aprobada para más 834 mil metros cuadrados, de los cuales el 88% tienen destino residencial.
El comercio exterior, visibiliza operaciones por cerca de USD 748 millones FOB, los cuales resultan superiores respecto a lo transado en lo corrido de los años anteriores (2019 y 2020), significando un incremento del 32% frente a 2020; y se explica principalmente por la exportación de bienes de los sectores de sustancias y productos químicos, así como de metales y productos alimenticios, que se dirigen hacia nuestro principal destino de exportación, Estados Unidos.
En materia laboral, Barranquilla continúa invicta en el top de ciudades con menor tasa de desempleo, sin embargo, el número total de personas ocupadas no alcanza a satisfacer el número existente en el periodo anterior a la pandemia, con aproximadamente 67 mil puestos de trabajo que permanecen destruidos.
El balance es absolutamente alentador en el desempeño de la mayoría de los sectores económicos de la estructura productiva del departamento, sin embargo, lo que ha demostrado la pandemia es que la elasticidad de la reactivación no mantiene el mismo impacto en la generación de empleo.
Razón por la cual los favorables resultados en materia económica todavía no reflejan variaciones significativas en los indicadores sociales de pobreza, acceso a comidas, e informalidad.
Lo anterior nos conlleva a apoyar con convicción las estrategias de subsidio al empleo, formación para el trabajo, beneficios tributarios por la generación de empleo y la necesidad de un sector público con proyectos a toda marcha que impulse la demanda por puestos de trabajo.