El pasado domingo se celebró el día internacional del orgasmo femenino, una fecha dedicada a resaltar la importancia que el orgasmo tiene en la salud de las mujeres. En el Instagram Live ‘Amor & Intimidad’ del pasado lunes nos referimos a una faceta importante de la vida sexual, el deseo sexual, que es la puerta para iniciar el proceso que puede culminar en un buen orgasmo.
Los manuales terapéuticos se refieren al bajo deseo sexual en los hombres llamándolo “trastorno del deseo sexual hipoactivo”. En las mujeres se denomina “trastorno del interés/excitación sexual”. En ambos sexos, la característica predominante de estos trastornos es la baja intensidad o la ausencia del interés en las actividades sexuales que deteriora la calidad de vida de la persona y de su relación de pareja si esta existe.
Las personas con este tipo de trastornos tienen generalmente una disminución o ausencia de pensamientos o fantasías eróticas. Si se involucran en una relación sexual, por lo general están pensando en otras cosas, lo que les dificulta concentrarse y disfrutar realmente del encuentro íntimo. Estas personas también son menos receptivas a las invitaciones al encuentro sexual que les haga su pareja. También son personas que tienen muy poco interés por el sexo solitario y por eso casi nunca se masturban.
Las diferentes investigaciones realizadas al respecto muestran que aproximadamente uno de cada tres hombres y una de cada dos mujeres tienen algún tipo de problemas con su deseo sexual. Estas personas generalmente no buscan una relación de pareja, o si la tienen, la tendencia es a separarse o divorciarse.
Los primeros auxilios en esta área incluye varios aspectos. En primera instancia es importante buscar un cuerpo saludable para que la energía erótica fluya adecuadamente. El sedentarismo es uno de los grandes enemigos de la sexualidad. Las investigaciones muestran que caminar una hora, tres veces a la semana, es supremamente efectivo para superar los problemas sexuales. La circulación sanguínea es muy importante en la respuesta ante las situaciones eróticas, por lo que mantener el cuerpo adecuadamente hidratado es fundamental en la vida sexual. Con frecuencia muchas mujeres toman poca agua durante el día para evitar tener que ir al baño, y eso afecta su estado físico. La alimentación es muy importante para mantener un buen estado de salud, lo mismo que para el bienestar cotidiano. La alimentación balanceada con poca cantidad de grasa, sal y azúcar es importante. Mantener horarios y condiciones tranquilas para comer es fundamental. Algunos alimentos facilitan la síntesis de la testosterona, hormona asociada al deseo sexual, tanto en hombres como mujeres. Las carnes magras, los pescados y mariscos, los frutos secos (como las almendras), frutas como la patilla, son algunos de los alimentos útiles al respecto.
Una mente descansada, despejada y relajada facilita enormemente la fluidez del deseo sexual y sus consecuentes acciones. Las preocupaciones, el estrés y la ansiedad son terribles enemigos del deseo sexual. Aprender técnicas de meditación, relajación y visualización es muy útil. El mindfulness o las clases de yoga son muy útiles para las personas ansiosas o estresadas y facilitan el estado de serenidad muy útil para que el deseo sexual fluya adecuadamente.
En otra ocasión me referiré al tercer elemento importante: la calidad de la relación con la pareja. Que puede propiciar o destruir el deseo sexual.
El pasado domingo se celebró el día internacional del orgasmo femenino, una fecha dedicada a resaltar la importancia que el orgasmo tiene en la salud de las mujeres. En el Instagram Live ‘Amor & Intimidad’ del pasado lunes nos referimos a una faceta importante de la vida sexual, el deseo sexual, que es la puerta para iniciar el proceso que puede culminar en un buen orgasmo.
Los manuales terapéuticos se refieren al bajo deseo sexual en los hombres llamándolo “trastorno del deseo sexual hipoactivo”. En las mujeres se denomina “trastorno del interés/excitación sexual”. En ambos sexos, la característica predominante de estos trastornos es la baja intensidad o la ausencia del interés en las actividades sexuales que deteriora la calidad de vida de la persona y de su relación de pareja si esta existe.
Las personas con este tipo de trastornos tienen generalmente una disminución o ausencia de pensamientos o fantasías eróticas. Si se involucran en una relación sexual, por lo general están pensando en otras cosas, lo que les dificulta concentrarse y disfrutar realmente del encuentro íntimo. Estas personas también son menos receptivas a las invitaciones al encuentro sexual que les haga su pareja. También son personas que tienen muy poco interés por el sexo solitario y por eso casi nunca se masturban.
Las diferentes investigaciones realizadas al respecto muestran que aproximadamente uno de cada tres hombres y una de cada dos mujeres tienen algún tipo de problemas con su deseo sexual. Estas personas generalmente no buscan una relación de pareja, o si la tienen, la tendencia es a separarse o divorciarse.
Los primeros auxilios en esta área incluye varios aspectos. En primera instancia es importante buscar un cuerpo saludable para que la energía erótica fluya adecuadamente. El sedentarismo es uno de los grandes enemigos de la sexualidad. Las investigaciones muestran que caminar una hora, tres veces a la semana, es supremamente efectivo para superar los problemas sexuales. La circulación sanguínea es muy importante en la respuesta ante las situaciones eróticas, por lo que mantener el cuerpo adecuadamente hidratado es fundamental en la vida sexual. Con frecuencia muchas mujeres toman poca agua durante el día para evitar tener que ir al baño, y eso afecta su estado físico. La alimentación es muy importante para mantener un buen estado de salud, lo mismo que para el bienestar cotidiano. La alimentación balanceada con poca cantidad de grasa, sal y azúcar es importante. Mantener horarios y condiciones tranquilas para comer es fundamental. Algunos alimentos facilitan la síntesis de la testosterona, hormona asociada al deseo sexual, tanto en hombres como mujeres. Las carnes magras, los pescados y mariscos, los frutos secos (como las almendras), frutas como la patilla, son algunos de los alimentos útiles al respecto.
Una mente descansada, despejada y relajada facilita enormemente la fluidez del deseo sexual y sus consecuentes acciones. Las preocupaciones, el estrés y la ansiedad son terribles enemigos del deseo sexual. Aprender técnicas de meditación, relajación y visualización es muy útil. El mindfulness o las clases de yoga son muy útiles para las personas ansiosas o estresadas y facilitan el estado de serenidad muy útil para que el deseo sexual fluya adecuadamente.
En otra ocasión me referiré al tercer elemento importante: la calidad de la relación con la pareja. Que puede propiciar o destruir el deseo sexual.